La ruta del narcotráfico une San Lorenzo, Montevideo, Colombia y Europa
El hallazgo de 469 kilos de cocaína en un buque atracado en el puerto de San Lorenzo destapó una operación narco con ramificaciones que cruzan fronteras. El buque, que tenía previsto regresar a Montevideo antes de dirigirse a Europa, escondía los paquetes en una cámara frigorífica. El capitán fue quien dio aviso a Prefectura, y el único detenido por ahora es el cocinero del barco, un ciudadano filipino que admitió haber contaminado la carga.
La pista más firme apunta al puerto de Montevideo. El itinerario del barco, que pasó por esa terminal antes de amarrar en San Lorenzo, coincide con la hipótesis de que la droga fue cargada en aguas internacionales, posiblemente cerca de la costa uruguaya. La presencia de sal en los bultos refuerza esta versión. La Justicia argentina investiga si la maniobra fue orquestada desde el exterior y si hubo colaboración interna en la tripulación.
El caso se volvió aún más espeso cuando las autoridades colombianas detectaron una maniobra similar pocos días antes: casi dos toneladas de cocaína ocultas en un contenedor refrigerado en el puerto de Buenaventura. El destino de ese cargamento también era América del Norte, y su paso previo por Uruguay sumó una conexión más al rompecabezas. Las similitudes en los métodos no parecen casuales.
Aunque la causa tiene un solo imputado, los investigadores creen que el cocinero actuó como parte de una estructura más grande. El foco ahora está puesto en determinar si hay redes que utilizan los puertos del sur para montar operaciones de exportación de cocaína hacia Europa. La Hidrovía, con su enorme volumen de tránsito y zonas de control intermitente, aparece como una vía clave en ese esquema.