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En la madrugada del 26 de mayo de 2013, seis balazos terminaron con una vida. A las 5:30 de aquel domingo, Claudio “El Pájaro” Cantero, de 29 años, fue asesinado frente a la disco Infinity Night. No se trató de un caso policial más. Desde ese momento, la prensa local insistiría en contar historias vinculadas a ese nombre, pieza clave en la banda narco Los Monos. Pronto empezaría a hacerlo la prensa nacional también. 

Precisamente, esa escena es la que eligieron como apertura de su libro los periodistas Hernán Lascano, editor en la sección Policiales de La Capital, y Germán de los Santos, corresponsal del diario La Nación, quienes aunaron sus experiencias y plumas en una obra que intenta recorrer la historia de la banda que supo destacarse, a veces con crueldad, en el negocio del narcotráfico local. Los Monos, historia de la familia narco que transformó a Rosario en un infierno, se titula. 

"El libro es como una línea de tiempo que fuimos profundizando en algunos puntos que consideramos interesantes en la historia de Los Monos", comentó de los Santos, en diálogo con Rosarioplus.com, y agregó: "La historia arranca con el asesinato del Pájaro Cantero y de cómo se va diagramando esa venganza en las horas siguientes".

La investigación periodística que se vuelca en las 272 páginas del libro se nutrió del material de las dos causas judiciales en las cuales están involucrados Los Monos y los testimonios de más de 200 personas que fueron entrevistadas a lo largo de varios meses.

"Nos interesaba tomar personajes muy representativos y fuertes para poder analizar nudos de problemáticas que tienen que ver con la criminalidad de la ciudad y el déficit de seguridad pública. No queríamos demonizar a los Cantero como si fueran alenígenas que se vinieron a posar en Rosario", remarcó Lascano, en diálogo con Rosarioplus.com.

"Queríamos ver qué es lo que posibilitó que una familia de una zona marginal y pobre, con escasa instrucción, pueda avanzar sobre las grietas que le dejaba el Estado, muchas veces con crueldad, y edificar un negocio", agregó.

Amados y odiados

"En el barrio se generan dos fenómenos en torno a los Cantero, por un lado, un miedo reverencial, por el hecho de saberlos violentos; y por otro, corriente de afecto porque tenía gente a la cual verdaderamente ayudaba", señaló Lascano, al hacer referencia a la relación del clan con su entorno.

"Contamos cómo se tejen ciertas lealtades en el barrio, consultamos a gente que está por fuera del ámbito judicial y policial que nos contaban algunos detalles interesantes. Por ejemplo, muchos de los cumpleaños de 15 que se hacían en el barrio eran financiados por los Cantero, ellos pagaban la fiesta, no estaban presentes en la celebración pero al final llegaban para marcar el terreno", contó el corresponsal del diario La Nación y agregó: "Por otro lado, había gente que de golpe desaparecía del barrio porque tenía algún problema con la familia Cantero".

Una banda con historia

"Empecé a trabajar en temas policiales en la semana santa del 96, ya en ese momento se hablaba de conflictos en barrio Las Flores, que tenían que ver con delitos precarios (robo de cables de cobre o cobro de peajes a gente que se movilizaba por el lugar). A fines de los 90, se empezó a hablar de una batalla muy sanguinaria entre dos grupos que pujaban por controles territoriales del delito, que eran Los Monos y Los Garompa", recordó Lascano y agregó: "No se sabía bien quienes eran los integrantes de cada grupo, y tampoco querían que se supiera".

Ramón Ezequiel Machuca, el encargado de la logística

"La figura de Monchi me interesó porque, en los dos meses que duró la interceptación telefónica, surgió claramente que es el actor central de la organización. Garantizaba que haya gente en los búnkeres, que haya dinero para dar los vueltos, era el encargado de contactar a su logístico para cosas como la compra de cápsulas de plásticos para la cocaína que se vendía, de comprar balas y armas de fuego", apuntó Lascano.

"El Pájaro tenía una especie de aureola de figura sumamente inteligente, que infundía mucho respeto, que no tenía como característica ser de una violencia exasperada; por eso también me interesó",dijo el periodista.

"Aparecieron algunos costados en la historia que eran interesantes y que profundizamos en el libro, y que no conocíamos muy bien. Por ejemplo, el personaje de (el representante de jugadores Francisco) Lapiana", admitió de los Santos, y recordó el vinculo de la banda narcocriminal con el fútbol.

La policía, un aliado fundamental

"En la causa federal se ha avanzado con las ramificaciones que ellos tenían, sobre todo con sus proveedores", indicó el corresponsal de La Nación y señaló: "La relación con la policía le aporta la logística y la sostificación que la banda no tenía. Sin la policía era bastante improbable que los monos se hayan convertido en lo que fueron".

Los Monos, un actor importante en el negocio

"Lo que alimenta la cuestión criminal de la banda es el negocio, y eso no va a declinar", resaltó Lascano y opinó: "La plata de Los Monos abasteció a negocios, empresas y sectores profesionales del mundo legal. Fueron un actor importante del negocio, pero dentro de un entramado de omisiones institucionales y de cuestiones complejas".