La familia de Ignacio “Ojito” Actis Caporale está angustiada. Hace pocos días que detuvieron al joven, señalado como proveedor de droga de la zona norte rosarina. Sus allegados saben que la acusación que pesa sobre su cabeza es grave y que lo espera un proceso complicado en la Justicia federal. Pero a la vez confiesan que lo viven con alivio porque al fin pueden conocer su paradero y verlo al menos por un rato, luego de cuatro años de estar prófugo de la justicia.

La que se anima a contar lo que vive la familia en estas horas es su madre, Nora, aunque en un primer momento se resiste y siempre es cuidadosa en sus declaraciones. “No estoy de ánimo. Estamos mal. Es una fecha de alegría y nosotros estamos todos tristes”, confiesa a media voz, en diálogo con Rosarioplus.com.

Nora se muestra afligida y un tanto sobrepasada por una situación que le resulta desconocida. Solo habla desde su lugar de madre, sin meterse de lleno en la causa judicial. “Él (Ignacio) es un chico bueno, es un muchacho querible. Que se haya equivocado o no, es otro tema, pero no lo sé”, comenta.

Se la nota ajena al mundo en el que su hijo se movía y así lo afirma un par de veces. “Somos todos gente bien, trabajadora. Jamás tuvimos algo que ver (con lo que se acusa a Actis Caporale) porque siempre nos dedicamos a trabajar, y lo que tenemos es por el trabajo”, dice en uno de los pocos comentarios que logra componer esta vecina del barrio Acindar, esposa de Jorge, el mecánico conocido por todos en el barrio.

Actis Caporale fue detenido en un curioso episodio en el Autódromo de Buenos Aires el domingo pasado luego de estar prófugo de la Justicia desde 2012. Su madre lo vio luego de años de no tener noticias: “Estuve angustiada porque no sabía nada y tampoco si alguien le podía hacer algo malo. Ahora al menos (luego de verlo) me quedé más tranquila. Esperemos que luego pueda hacer su vida normal, comenzar una nueva vida”.

Acompañado por su abogado, el joven intentó mostrarse bien predispuesto al declarar ante los Tribunales Federales de Rosario, y negó ser el líder de una banda dedicada al tráfico de estupefacientes en el norte de la ciudad y manifestó estar “mal detenido”.