La ex pareja y madre de la hija de Marcos Guenchul, el personal trainer asesinado el 23 de julio pasado en Mendoza al 4900, fue vista por la Fiscalía como instigadora del delito al encontrar pruebas y testigos que confirmaron que ella le fue a pagarle al asesino unos momentos después del hecho. La pena posible es la misma que puede corresponderle al autor material: cadena perpetua.

El fiscal Adrian Spelta confirmó en conferencia de prensa: “La consideramos la instigadora del asesinato, calificada por el vínculo, ya que mantenía una relación con la víctima, calificada por lo premeditado y por la promesa de realizar un pago, que se habría realizado esa misma noche, según una testigo que presencio reunión de los tres imputados: Maximiliano Panero, Caio Soso y Priscila Denoya”.

La testigo, según afirmó Spelta, “vio cómo se le entregaba el dinero al autor material de los hechos en Villa Gobernador Gálvez, en la vivienda de Panero, hecho que por las antenas de los celulares y el auto de Soso se corroboró”.

Recordó el fiscal que “Soso declaró que habían ido a asustarlo (a Guenchul), pero las pruebas indican que le pagaron por quitarle la vida, lo cual es creíble por el móvil, la circunstancia y la mecánica”.

La calificación formal contra la madre de la hija de Guenchul fue por los delitos de homicidio triplemente calificado por el vínculo, “por promesa remuneratoria y por el concurso premeditado de dos personas más, perpetrado mediante la utilización de un arma de fuego -en carácter de instigadora-, en grado de consumado, todo ello en concurso ideal”, precisaron voceros del MPA.

La jueza Valeria Pedrana “entendió que la evidencia era fuerte”, consignó Spelta, y dictó prisión preventiva efectiva por el plazo de ley.

La sucesión de hechos el 23 de julio

Los otros dos imputados, en la mecánica de los sucesos que describió el fiscal Spelta, esperaron en zona de Mendoza al 4900 a que Guenchul saliera del gimnasio “Progress Fitness”. Al retirarse, a las 21.50, Panero lo interceptó antes de que tomara el colectivo de la línea K, lo redujo y lo obligó a doblar por calle Sucre hacia el sur, donde Soso esperaba en un vehículo.

Panero condujo al entrenador 30 metros para luego sustraerle la mochila y efectuarle dos disparos de arma de fuego, impactando uno de ellos en zona de la cabeza ocasionándole el fallecimiento en el momento.

Spelta pudo confirmar que “luego de cometido el hecho, hacia las 23.30, Soso y Panero se reúnen con la imputada Denoya, quien hace entrega de la suma de dinero acordada previamente”.