Brisa Milagros Leguizamón Ferreyra fue la novia de la denominada "boda narco" que se hizo el viernes por la noche en el salón Campos de Ibarlucea, con previa en el lujoso hotel de Puerto Norte. Ese mismo día, debía estar en su casa en la zona sur de Rosario, cumpliendo con un arresto domiciliario por una condena en causa por drogas. Su novio, Esteban "Pinky" Rocha, que también tenía condena en fallo de primera instancia por tráfico de estupefacientes, estaba en libertad por un fallo de la Cámara de Casación Penal. 

Después del triple crimen en la puerta del casamiento, la Justicia emitió contra ambos una orden de detención. En rigor, el escrito del Tribunal Federal Oral 1 pide que a Brisa se le revoque el arresto domiciliario, beneficio del que gozaba por tener a su cargo dos hijas menores. Y a su novio Pinky, que para varios investigadores de la causa que se abrió tras los crímenes es un mayorista narco de la ciudad, lo citó a los Tribunales Federales para el domingo 30 a las 11.

El escrito judicial que pide la detención.
El escrito judicial que pide la detención.

Pero ninguna de las dos cosas se concretó. Y a pesar de que todo el país esté hablando de la boda de Ibarlucea, es un misterio el paradero de Brisa y "Pinky". A la orden de detención contra ella, debía ejecutarla Gendarmería. A la custodia en Rueda 274 Bis, donde la pareja tiene fijado domicilio, según las fuentes consultadas por RosarioPlus debía cumplirla la Policía Federal, aunque se desconoce si lo hicieron. Y en el Ministerio de Seguridad -que no tenía responsabilidades ni de custodiar, ni detener a la pareja- había mucho malestar en la noche del lunes por la falta de compromiso de las fuerzas federales con este tema. La Justicia Federal, por su lado, continúa en silencio en medio del escándalo que se abrió tras la boda. Y la pregunta que muchos se hacían ante la falta de certeza, es: ¿estarán de luna de miel?