Fue un día agitado este miércoles para los efectivos de la Comisaría Séptima, de Cafferata al 300. Bien temprano a la mañana detectaron un agujero en una pared por donde los presos planeaban fugarse. Al decidir el traslado de los convictos, estos iniciaron un motín a modo de protesta. Por la tarde, la situación estaba controlada.

Cerca de las 6:30 de la mañana de este miércoles, efectivos policiales de la seccional de barrio Agote realizaban la requisa de rutina en los calabozos donde tienen alojados a los presos. Pero fue en el baño del penal donde detectaron, cubierto por chapas y cartones, un orificio en una de las paredes, por donde los convictos planeaban realizar un túnel y huir.

Fuentes del Ministerio de Seguridad indicaron a Rosarioplus.com que, tras el hallazgo, se definió trasladar a los convictos a otras dependencias, lo que inició un motín con el que los hombres privados de su libertad rechazaron la medida disciplinaria. 

Los detenidos prendieron fuego varios colchones y bloquearon el ingreso al penal. Una rápida respuesta de los Bomberos permitió sofocar el foco ígneo y poner a salvo a los reclusos. Aunque se vivieron momentos de tensión en la zona, especialmente ante la llegada de familiares de los reclusos, finalmente hacia la tarde la situación fue controlada.

La Comisaría 7º estuvo varias veces en el ojo de la tormenta en los últimos años. Entre otros casos, efectivos de esta dependencia quedaron sospechados por la muerte del joven Franco Casco, quien tras ser visto por última vez demorado en la comisaría del barrio Agote, apareció sin vida en el Paraná. También, la seccional fue blanco de fuertes críticas de los vecinos tras el crimen de un verdulero.