El dueño de la fábrica de suplementos vitamínicos NutriLab, Lucas Farruggia, quedó en prisión preventiva este martes, tras ser imputado por contratar sicarios para asesinar a un ex empleado que se abrió por su cuenta con un emprendimiento que competía en su negocio. 

La imputación fue la conclusión de averiguaciones que los fiscales Luis Schiappa Pietra y Matías Edery profundizaron al detectar escuchas telefónicas durante la investigación de otro crimen por encargo, el de Nicolás Ocampo, un ex ladero del narco Esteban Alvarado.

A Farruggia los fiscales le imputaron "tentativa de homicidio calificado por promesa remuneratoria", y otras tres personas corrieron la misma suerte pero en los roles de instigador, autor y partícipe primario de homicidio calificado por haber sido cometido por precio y por el concurso premeditado de dos o más personas en grado de tentativa. El precio que habían convenido para matar al objetivo, un muchacho de 28 años, era de $500.000.

Farruggia estaba detenido desde la semana pasada, cuando la policía lo apresó en un allanamiento a una confortable vivienda que alquila en el barrio La Florida, en Álvarez Thomas y Gallo.

El homicidio no se llevó a cabo porque uno de los sicarios implicados fue detenido por Policía Federal aquel lunes 10 a la mañana, horas antes del ataque planificado. Además, el hombre señalado había sido alertado en la víspera y resguardado por la policía, así como también su hermano. Ambos quedaron bajo custodia de la Agencia de Criminalidad Organizada del Ministerio Público de la Acusación. El juez de Primera Instancia Román Lanzón tuvo por formalizada la audiencia imputativa dictando la prisión preventiva efectiva por el plazo de ley.

El primer ataque (fallido)

El pasado 21 de abril, a las 14, Uriel Reynoso se presentó en el local comercial de la firma Xnutrition SRL, ubicado en Avenida del Rosario 2772, y extrajo de su cintura un arma de fuego calibre 9mm marca Browning M 95 y efectuó al menos tres disparos contra M. L. y se dio a la fuga en una motocicleta Honda CB 190 negra sin patente, informó una fuente del MPA.

Este resultó detenido luego por personal del Comando Radioléctrico poco después, en Hilaríon de la Quintana y Av. Francia.

El hecho –de acuerdo con la acusación fiscal– había sido encargado por el empresario Lucas Farrugia, quien contactó a las personas que debían cometerlo, acordó su modalidad y el pago del mismo. Con mensajes a través de Whatsapp indicó direcciones y fotografías de los dos hermanos a atacar.

Su contacto era con Germán Ponce, quien recibía esos mensajes y los transmitía a Fabio Giménez (quien permanece detenido en la Unidad 3), y él lo envió a los autores materiales del hecho.

Ponce fue detenido este lunes por la Agencia de Investigación Criminal, cuando llegaba a su empleo como trabajador gastronómico en el Hospital Privado de Rosario, en Presidente Roca al 2400. 

Farrugia negoció y acordó el precio del homicidio y pagó parte del mismo, precisaron desde el MPA sin que trascienda el monto ya abonado. Pero además su vez entregó dinero a Ponce destinado a costear la defensa penal del detenido en el primer ataque fallido, perpetrado por el detenido Uriel Reynoso.

Giménez fue el encargado de organizar el homicidio desde su lugar de detención: se contactó con Ponce quien le informaba los datos de ubicación, horarios, fotografías de vehículos y de personas de quienes serían las víctimas, y se lo transmitía a Brian Josue González y a Uriel Reynoso, los nuevos sicarios para esta empresa, detallaron los fiscales.

Aun cumpliendo prisión, Giménez era quien disponía de los recursos humanos y materiales para su concreción.

Debido a que Reynoso falló en su cometido, los ahora imputados acordaron un segundo atentado contra los hermanos L, que iba a ejecutarse en fecha 10 de mayo pasado. Esto no llegó a concretarse debido a que fue detenido Brian González por la PFA, el día en cuestión, en horas de la mañana.