Imputado por un robo millonario de cajas fuertes en un country de la ciudad de Santa Fe, recibirá un aporte millonario del Gobierno provincial. Es por un emprendimiento tecnológico que inscribió a fines del año pasado para formular y desarrollar un polvo para postres instantáneos fortificados sin azúcar ni gluten.

El aporte de 2.500.000 pesos no reintegrables corresponde al Programa Innovar que entrega la Agencia Santafesina de Ciencia, Tecnología e Innovación para proyectos científico-tecnológicos. El beneficiario en cuestión es Germán Darío Bustos, un empresario que en marzo pasado había sido imputado como integrante de una banda que robó una suma millonaria en cajas fuertes en el barrio cerrado Altos de la Ribera, en jurisdicción de Santo Tomé.

La gestión, según una investigación de Patricio Dobal para Punto Biz, se inició en una unidad de vinculación tecnológica (UVT) a través de la Fundación del Colegio de Ingenieros Especialistas (CIE) de la 1ra Circunscripción de Santa Fe, ya que Bustos es ingeniero químico. Desde la Fundación dijeron no haber advertido que se trataba del mismo Bustos que está involucrado en el robo millonario.

Se trata del mismo individuo que fue arrestado e imputado, y que luego recuperó la libertad, por el robo de dos viviendas en el country Altos de la Ribera, ubicado en Santo Tomé, según consignó el Ministerio Público de la Acusación (MPA) a dicho medio.

El caso es investigado por las fiscales santafesinas María Lucila Nuzzo y María Gabriela Arri quienes además tienen previsto citar a Bustos a una nueva audiencia imputativa con el fin de lograr que quede bajo prisión preventiva, ante la aparición de nuevos elementos que lo vinculan con la banda que ingresó al barrio cerrado durante el fin de semana largo de carnaval y se alzó con un botín valuado en ocho millones de pesos.

Para las fiscales, la banda contó con el aporte de Bustos para concretar el golpe tras disponer de toda su inteligencia técnica para cometer los ilícitos investigados. De hecho en un allanamiento llegaron a una fábrica de jugos que el imputado posee en el barrio Barranquitas de la capital provincial que según las investigadoras era meramente una pantalla que utilizaba Bustos para esconder las actividades clandestinas que llevaba a cabo con el resto de los coimputados.