Llegaba de lavar el auto a las 16.08, que es cuando cuando llamé al 911. Escuché un fuerte golpe contra un portón, un ruido seco, me llamó la atención. Y los gritos: 'Ayúdenme, por favor, me mata', decía una chica. Y un hombre: '"Que te voy a matar, callate la boca', decía. Y ahí veo que era una chica que salía de la casa desnuda, y un tipo desnudo atrás que la golpeaba contra el portón", relató Laura, la vecina de La Paz al 1600 que este domingo a la tarde no vaciló en tomar un palo y treparse a la reja de su vecino de enfrente para ponerlo a raya y rescatar a una chica, víctima de abuso sexual.

La mujer relató al móvil de Sí 98.9 la insólita odisea que se le presentó ante sus ojos en la tranquilidad del domingo, a pocos metros del Parque Independencia.

"A todo eso, mis hijas bajaron porque hacía rato que escuchaban gritos. Así que yo saqué de la cochera un rolo que tienen los chicos para descontracturar y me acerqué. En eso se abre el portón y sale un achica desnuda con un hombre desnudo que le pegaba la cabeza contra la reja. Así que salté encima de la reja para que no le haga más mal", contó Laura.

Para entonces, destacó la rápida intervención policial. "Al tipo no lo conozco. La policía llegó a los 2 minutos exactamente, pero no podía entrar sin ninguna orden judicial. Así que los vecinos me ayudaron a meterme y sacar a la chica. Le dimos ropa, ella estaba en shock. El tipo se metió adentro y se atrincheró. La policía se portó de maravillas. Pero después de 4 horas y media, ni un juez ni un fiscal se hicieron presentes", cuestionó la mujer.

El agresor, Eduardo B., sería un profesional bioquímico que alquiló esa vivienda hace un par de meses. No tiene contacto con el vecindario, según refirieron testigos del suceso.

"La chica contó que ayer estaba caminando por Avellaneda y Pellegrini sobre el borde de la calle, que paró un auto, que alguien la agarró de atrás, que la subió contra su voluntad amenazada y que la trajo hasta acá. Y después contó lo que sucedió adentro", describió la vecina.

Acerca de su temeridad para intervenir, Laura explicó: "Lo único que pensé es que había una chiquita de 23 años, la edad de mis hijas, que estaba siendo golpeada de manera atroz. Ni lo pensé. Fue el instinto de ayudar", concluyó.