Exultante y verborrágica como nunca, la ministra de Seguridad Patricia Bullrich anunció este jueves a la mañana que el convenio de cooperación entre Nación y Santa Fe ya estaba en marcha. "Desde las ocho ya se desplegaron en once ciudades de la provincia efectivos de las fuerzas Federales de la Prefectura, de la Policía Federal, de la Policía Aeroportuaria y Gendarmería", detalló. Luego, sus asesores se encargaron de develar el misterio de la cantidad de efectivos: hablaron de 400 en total, 200 para Rosario.

Seis horas después del anuncio, un periodista y un fotógrafo de Rosarioplus.com recorrieron durante dos horas algunos de los barrios más inseguros y conflictivos para corroborar el flamante desembarco. El punto de inicio fue el Parque Independencia. Tablada, barrio Municipal, Las Flores y barrio Triángulo figuraban en la hoja de ruta trazada. 

A las pocas cuadras de empezar el trayecto aparecieron los primeros gendarmes. "Mirá, ya están dando vueltas", se emocionó el remisero. Cuatro uniformados con chalecos verdes fosforescentes con la leyenda "Gendarmería Nacional" patrullaban la zona del Laguito montados a caballos. Cabalgaban despacio, sin apuro. Un cartel con el mapa del Parque los ayudó para no perderse. "Vamos por acá", dijo uno. Los otros lo siguieron.

La cobertura periodística siguió por Pellegrini hacia el río con el objetivo de recorrer los rincones de Tablada, un punto caliente de la ciudad. El auto atravesó las calles Grandoli, Ayacucho, Garibaldi, Solís y Necochea. 20 minutos de vueltas por la zona. Ningún operativo, ningún móvil federal. Sólo un patrullero local en todo el paisaje. 

"Seguro que en barrio Municipal encontramos a los gendarmes", lanzó el remisero ante el desolador panorama. La marcha se detuvo en la intersección de Grandoli y Gutiérrez, frente a un Fonavi. Las cabezas giraron y se movieron hacia los cuatro puntos cardinales. Pero sin suerte: tampoco allí había gendarmes.

El peregrinaje continuó entonces por Circunvalación para llegar hasta Las Flores. Ninguna luz azul a la vista hasta llegar al Casino. Recién en ese sector y a toda velocidad aparecieron los primeros vehículos federales: cuatro motos, tres camionetas de Gendarmería y otras tres de la Policía Federal. "Recién deben de estar llegando", murmuró el chofer.

El segundo patrullero de la policía provincial irrumpió en escena cuando el GPS marcó el kilómetro 30 de recorrido, en Avellaneda al 4500. Luego, apareció uno en Rouillon y Godoy, y otro en Francia a la altura del club Provincial, cuando la recorrida estaba llegando a su fin. Antes de eso, el periplo continuó por barrio Triángulo con la misma tesitura: sin gendarmes.

Tras un itinerario de viaje de casi dos horas y 50 kilómetros, el auto apagó su motor en Dorrego y Córdoba. "Mañana entonces deben empezar los operativos. Eso pasa", se despidió afligido y decepcionado el remisero.