El fiscal Luis Schiappa Pietra pidió este jueves una pena de reclusión perpetua contra Walter Santos Gómez, de 35 años, acusado de matar de un disparo a su novia e intentar simular un suicidio. El planteo fiscal fue el corolario de la primera audiencia del juicio oral que empezó en el Centro de Justicia Penal, sobre el femicidio de Daiana Armanino, ocurrido el 12 de setiembre de 2016, en la pieza que compartían en Rouillón al 400 bis, en barrio Empalme Graneros.

Schiappa Pietra acusó al carpintero Gómez de homicidio calificado por mediar relación de pareja, convivencia y violencia de género. La víctima fue hallada muerta de un balazo que ingresó debajo de su axila izquierda. Su concubino alegó al principio que había escuchado el disparo y que así la encontró a su novia. A la policía le entregó una pistola calibre 38 con la que, según dijo, su pareja se había suicidado. Pero dos días después, ante la presión de los deudos, la policía lo arrestó y Gómez quedó imputado por homicidio.

Armanino tenía 23 años, y tres hijos de una pareja anterior, un hombre que había sido asesinado en prisión. Al momento de morir, cursaba un embarazo de cuatro meses cuyo padre era Gómez.

Un testimonio clave del juicio será el de la hija mayor de Daiana, de 6 años, que fue testigo del crimen. 

Daiana Armanino tuvo una vida difícil. Sus padres murieron demasiado pronto y ella se crió con tíos y abuelos, en villa Itatí, en un contexto de profunda pobreza. Fue madre adolescente, y dos meses antes de morir una hermana que había sido dada en adopción la encontró y entabló una relación vital. Esa joven, Alejandra, contó en alguna entrevista periodística que Walter Santos era muy posesivo con Daiana. Ni siquiera le permitía contar con un teléfono propio.

Daiana y Gómez habían empezado la relación apenas seis meses antes del trágico desenlace. Gómez, amén de su oficio de carpintero, tiene antecedentes penales y ya cumplió una condena de prisión.

El tribunal a cargo del debate oral está integrado por los jueces Román Lanzón, Mónica Lamperti y Gustavo Pérez Urrechu.

Para el fiscal Luis Schiappa Pietra el autor del disparo fue Walter Gómez, por lo que pidió a los jueces que sea condenado a prisión perpetua. Una de las principales pruebas con las que cuenta es el testimonio de una de las hijas de la víctima, quien dijo haber visto lo sucedido desde detrás de una puerta: “Le hizo pum pum y ahora mi mamá esta en el cielo”. También presentará testigos que darán cuenta del contexto de violencia de género en el que vivía Daiana.

Pese a que en un principio Gómez dijo que Armanino se había suicidado, este no fue el argumento exculpatorio presentado por el abogado defensor Ángelo Rossini, quien en su alegato de apertura criticó la actuación de los funcionarios policiales y de la psicóloga que estuvo al frente de la cámara Gesell de la que participaron los hijos de la víctima. 

Para Rossini “se hicieron la cosas mal, de forma deficiente” por lo que “no tienen el valor probatorio suficiente”. Además, criticó a la fiscalía por no haber tenido en cuenta otras hipótesis de investigación que demostraban la inocencia de su defendido. Para Rossini “no se podrá llegar a un resultado de certeza, la falta de certeza implica duda y la duda la absolución”.