Al menos 34 muertos por asfixia dejó el incendio que provocó un hombre cuando intentó asaltar el casino del Resort World Manila, un complejo hotelero y de entretenimiento que alberga un cine, sala de juego y galería comercial, cerca del aeropuerto Ninoy Aquino, al suroeste de Manila, Filipinas.

El ataque ocurrió en la medianoche del miércoles, cuando un sujeto con una carabina M4 entró en el segundo piso del complejo y comenzó a quemar mesas de juego con nafta, intentó robar fichas del casino y comenzó a disparar. Unas 54 personas resultaron heridas, algunas de ellas de gravedad, durante la huida general al escucharse los primeros disparos y por intoxicación con humo, pero ninguna fue alcanzada por las balas, declaró un portavoz policial que confirmó la cifra de víctimas fatales, según consignó el canal ABS-CBN citado por EFE.

El cadáver carbonizado del sospechoso fue encontrado en el quinto piso del hotel y la Policía explicó al respecto que el presunto responsable se atrincheró en la habitación 501, se envolvió en sábanas rociadas de nafta y se prendió fuego, en lo que fue catalogado como suicidio.

Por su parte, el director General de la Policía, Ronald Dela Rosa, descartó el incidente como acto terrorista y lo calificó de robo, a pesar de que el Estado Islámico (EI) reivindicó el asalto.

"Él no disparó a nadie (...) Si fuese un terrorista, sembraría el terror", argumentó frente a los medios Dela Rosa. De acuerdo con la versión oficial, el móvil del asalto era obtener con un botín de 2,6 millones de dólares en fichas del casino.

Mientras tanto, las autoridades reforzaron la seguridad del aeropuerto internacional Ninoy Aquino, cercano al casino del Resort World Manila, el palacio de Malacañan, residencia oficial del presidente de Filipinas ubicado en la orilla norte del río Pasig, embajadas y ministerios, en la capital filipina.

La declaración de Dela Rosa sucedió después de que expertos del grupo estadounidense SITE Intelligence, especializado en terrorismo internacional, publicaron en Twiter que un vocero del Estado Islámico había atribuido la incursión a "lobos solitarios del califato".

Según SITE Intelligence, que sigue de manera estrecha las actividades de los grupos islamistas en todo el mundo, la reivindicación procedería de Marawi, en el sur del país y donde milicias afines al EI combaten desde hace once días contra tropas gubernamentales.

Los enfrentamientos en esa ciudad de la región de Mindanao, de mayoría musulmana, causaron más de 170 muertos y más de 100.000 desplazados.

Los choques comenzaron el martes de la semana pasada al fracasar una operación militar para capturar a Isnilon Hapilon, líder del grupo yihadista Abu Sayyaf, también vinculado al EI, y quien permanecía escondido y protegido por miembros del Grupo Maute.

Unos 500 islamistas contraatacaron para tomar parcialmente la ciudad y prendieron fuego a una comisaría, un colegio, una cárcel y una iglesia, donde secuestraron a un cura y 13 feligreses, que todavía mantienen cautivos.

El Ejército se desplegó en Marawi bajo el amparo de la ley marcial, declarada el mismo día en que se inició el conflicto por el presidente Rodrigo Duterte en toda la región de Mindanao, a la que tradicionalmente circunscribieron sus operaciones armadas los grupos islamistas radicales que luchan por la independencia de la zona.