El peor de los despertares tuvo una joven este lunes en su domicilio de Alem al 1600: un intruso de madrugada ganó el departamento que habita en el tercer piso de la torre, luego de escalar desde la vereda y llegar hasta el balcón. Le robó pertenencias, se probó su ropa mientras la mantenía amenazada y delante suyo.

Ocurrió hacia las 5 de la mañana. La víctima, L., dormía aún en el departamento que alquila en un edificio de Alem, entre Montevideo y Pellegrini, cuando un desconocido la despertó con brusquedad, mano al cuello y tijera sobre el rostro. La conminó a permanecer en silencio mientras se dedicó a revolver todos los cajones.

El ladrón había ingresado desde la calle, acaso trepándose por la reja de una casa lindera, hasta ganar el primer balcón de la torre, ya en el segundo piso. Y de allí escaló al balcón superior, donde logró abrir la puerta ventana y adentrarse en el departamento. Una muestra de intrepidez absoluta.

"El delincuente me despertó para asustarme, apuntándome con una tijera. Lo más loco es que yo vivo en el tercer piso y en el primer piso no hay balcón y el departamento es alto. Pero se ve que el hombre se agarró de las rejas de la casa de al lado y de ahí fue subiendo como en escalera hacia mi casa”, contó L. por LT8.

Ella, de 26 años, proviene de una localidad del norte bonaerense y luego de estudiar se quedó en Rosario por trabajo, hace ocho años. Ahora, con este trance, evalúa mudarse e irse de la ciudad. “Para mí fue una eternidad. El ladrón habrá estado media hora. Durante todo ese tiempo se dedicó a revolver todo en busca de dinero. Agarró plata, celular, computadora con los parlantes. Seguía buscando en cajas y yo le decía que ahí no había nada de valor pero no me creyó y siguió en eso. Hasta se probó ropa mía y se llevó un chaleco”, agregó la joven.

El ladrón encerró a L. en una habitación y escapó por la puerta, con las llaves del departamento y del edificio.

“Ahora lo único que le pido a este tipo es que se olvide de mí, porque tengo miedo. Soy de un pueblo y vivo sola. Acá me sentía segura, pero está claro que no voy a vivir más acá. Voy a dejar el departamento y no descarto irme de la ciudad. No se puede vivir así con tanta violencia e inseguridad.. No hay derecho. Viene alguien y te arrebata todo, no solo lo material, te arrebatan las ganas de progresar", dijo.