Ariel "Tubi" Segovia era un nombre temido en la zona sur de Rosario. Antiguo ladero de Roberto "Pimpi" Camino, pujaba por regresar a los paravalanchas de la cancha de Newell's cuando cayó preso en octubre de 2016. Había llegado muy mal herido al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez, tras quedar en medio de un tiroteo en la zona de Avellaneda y Mosconi en la que habría estado involucrado Lautaro Funes.

En ese entonces, "Tubi" era intensamente buscado, sospechado de ser el autor de un tendal de crímenes en el que el hilo conector estaba en la interna de la barra leprosa. Segovia hizo un último intento por no quedar tras las rejas. Les ofreció un millón de pesos a los agentes de la Policía de Investigaciones que lo identificaron pese al nombre falso que había informado al ingresar al nosocomio.

Pero su suerte se terminó. Quedó detenido y, al poco tiempo, fue a parar a la Cárcel de Coronda, donde este martes encontró la muerte de forma violenta, tan violenta como la vida que vivió en cortos pero intensos 29 años.

El tendal

Los pesquisas sospechaban que "Tubi" era el cerebro, y muchas veces brazo ejecutor, de varios crímenes ligados a la sangrienta interna de la barra leprosa. La Fiscalía lo investigó por los crímenes de Maximiliano La Rocca y de Matías “Cuatrerito” Franchetti, dos líderes de una facción antagónica. Al "Cuatrerito" lo mataron a balazos el 7 de junio de 2016 en las mismas puertas del club del Parque Independencia. A La Rocca lo ultimaron tres semanas después en la zona de avenida Pellegrini al 5300.

El tendal de muertes continuó. Es que según la hipótesis de Fiscalía, cuando "Tubi" planificó el crimen del "Cuatrerito", hubo un desertor: Jonathan Rosales. Y, parece, en los códigos barras ese tipo de gestos no se perdona. Apoyada en los testimonios de la familia de Rosales, la Justicia sospecha que Segovia decidió matar a Jonathan por no participar del resonante crimen de Franchetti.

La noche del 22 de junio del 2016, Rosales iba en moto junto a su novia Brisa Ojeda por Padre Giaccone al 1400, en la zona sur, cuando desde un auto le dispararon causándole la muerte. Brisa fue herida pero sobrevivió, y se convirtió en testigo clave del crimen de su pareja.

Cuando Tubi, ya desde la cárcel, pidió a sus sicarios que se encargaran de la testigo, un error llevó a la muerte a Lorena, hermana de Brisa, asesinada a balazos el 16 de diciembre, día en que la joven debía presentarse a una rueda de reconocimiento.

La guerra narco

El nombre de Tubi Segovia volvió a aparecer en los titulares de los medios durante la guerra que se desató este verano entre el Clan Funes y la familia Camino. 

Tubi pagó con la vida de su hermana ese reguero de balas y crímenes que sacudió a Rosario durante enero. A Marcela Díaz la mataron a balazos a metros de su vivienda, en Lejarza al 5600. La versión más fuerte involucró directamente en el hecho a Alan Funes.