Desde su apertura hace poco menos de un mes, la Unidad Fiscal de Cibercrimen del Ministerio Público de la Acusación recibió alrededor de 40 denuncias por robos a cuentas de ahorro a partir de la clonación de tarjetas de débitos. La flamante unidad es comandada por los fiscales Matías Ocariz y Lucas Altare. Este último advirtió, en diálogo con Rosarioplus.com, que el número de casos “podría ser mayor”, pero que los bancos “arreglan la parte económica y no se hace la denuncia”.

La operatoria del fraude, apuntó Altare “es siempre la misma”. Los delincuentes colocan en la boquilla donde va insertada la tarjeta de débito un lector, llamado skimmer o pescador, que copia los datos de la banda magnética del plástico. Simultáneamente, colocan una cámara oculta “prácticamente imperceptible” que apunta al teclado del cajero automático y toma cuando se digita el PIN de acceso. “Uniendo esas dos partes, tienen el dato como para hacer una extracción, transferencia o la operación que quieran hacer con una tarjeta clonada”, agregó el fiscal.

Si bien la unidad fiscal tiene pocas semanas desde su estreno, la investigación de todas las denuncias se hace de manera unificada y avanza. Hasta ahora, los investigadores consideran que “probablemente” detrás de la seguidilla de delitos haya “una banda importante que opera en distintos puntos de la Argentina, incluso puede llegar a tener conexiones con el exterior”, señaló el fiscal. Sin embargo, advirtió: “Lo que no podemos determinar es si todos estos casos son llevados adelante por la misma banda”.

En ese sentido, en los últimos días se dieron una serie de detenciones de doce ciudadanos extranjeros - diez brasileños, un colombiano y un boliviano- en Salta, Tucumán y Córdoba, que estarían relacionados con esta modalidad delictiva. En Rosario, por lo pronto, no se registraron aun detenciones. Aunque Altare afirmó que sí tienen “gente detectada que está siendo investigada” a partir de movimientos extraños detectados en cajeros automáticos.

Si bien esta técnica de delito parece novedosa, el fiscal aseguró que “no es una modalidad nueva”. “Esto en Europa se viene haciendo desde hace muchísimos años y en Argentina ya hace un par de años se están registrando este tipo de delitos”, sumó. De todos modos, Altare confió que “no es un delito que pueda cometer cualquier persona porque requiere de una tecnología y un conocimiento en donde la mayoría de la gente no tiene acceso”.

Para estar atentos

La técnica para robar los datos de las tarjetas de débito es imperceptible, lo que hace muy difícil de detectar el momento en que se comete el fraude. Sin embargo, existen formas de estar precavidos y evitar así caer en la trampa.

“Hay un tip que es muy básico pero a la vez muy efectivo que es tapar con una mano cuando se digita el pin con la otra, de esa forma de haber alguna cámara se estaría impidiendo que se lea el código que se ingresa”, explicó Altare.

El fiscal también recomendó estar atentos a los movimientos de las cuentas de ahorro. “Tratar de ser organizados en cuanto a las cuentas y saber qué entra y qué sale”, apuntó, como método efectivo al menos para detectar cualquier movida sospechosa.