Este jueves comenzará el juicio oral contra un hombre de 40 años que a lo largo de dos años violó a 12 chicas y abusó sexualmente de otras 6 en Rosario y alrededores, a quienes engañó al hacerse pasar como policía en un operativo antidrogas para cometer sus ataques.

El hombre vivía en la ciudad bonaerense de San Nicolás con su esposa y tres hijos, y según versiones no oficiales tenía un programa vespertino en una radio FM local, desde donde promovía espectáculos musicales de su productora artística. La fiscal de la Unidad de Delitos Sexuales, Carla Cerliani, pedirá 50 años de prisión efectiva, la máxima pena que establece el Código Penal para ese delito. Además, le imputó el agravante del uso de arma de fuego.

Luis Marcelo E. cumple prisión preventiva desde agosto de 2016 en la cárcel de Coronda por haber cometido abuso sexual contra 18 mujeres de entre 14 y 25 años, entre 2014 y 2018. De ese número, en al menos 12 casos llegó a consumar la violación.

El juez Juan Andrés Donnola lo imputó por primera vez a partir de su captura luego de que violara a una adolescente de 14 años en Rosario. La víctima pudo tomar una foto con su teléfono de la patente del auto que el agresor utilizaba, y con su familia radicó la denuncia. El hombre cayó detenido días después en la localidad de Soldini y junto a su familia, a bordo del mismo Fiat Duna que su víctima había fotografiado.

Al imputado le atribuyeron diversos casos de abuso sexual con acceso carnal, simples y  en grado de tentativa, ya que no siempre llegó a consumar los ataques. La identidad de las víctimas, obviamente, son preservadas.

El modus operandi siempre era el mismo: el acusado, interceptaba a las mujeres en la calle y se identificaba como policía del área de Drogas Peligrosas. Les decía que estaba buscando a una joven acusada de vender drogas con similares características a las de ellas y que necesitaba que lo acompañe a la dependencia policial.

Con esto lograba que las jóvenes, todas de entre 14 y 25 años, subieran al vehículo intimidadas por la investidura policial que invocaba el hombre. Pero luego llevaba a su presa de turno a un descampado y la manoseaba con la excusa de una requisa,. y a continuación la violaba a punta de pistola y amenazas si se resistía.