La gestión de Rubén Rimoldi al frente del Ministerio de Seguridad ya tuvo su primera muestra de lo que enfrenta: un intenso tiroteo en barrio Industrial acabó en plena calle y a la luz del día con un joven acribillado a tiros a la vista del vecindario.

El crimen ocurrió hacia el atardecer del jueves, en French al 2000, a metros de la vía del ferrocarril, en una zona humilde donde sus habitantes refieren que el narcomenudeo es una actividad evidente. Para ellos, no para fiscales ni policías. 

El barrio apuraba las compras de la tarde para la cena cuando una moto con dos hombres a bordo rompió esa rutina. Emboscaron a un muchacho y lo arrinconaron sobre la vereda de un depósito, a la salida de un pasillo de viviendas precarias. Allí lo ejecutaron a tiros disparados a quemarropa. Siete balazos al menos, para acabar con su vida.

La escena dejó algunos testigos, y uno de ellos, un hombre de 40 años, fue víctima de eso. Un disparo cuyas circunstancias no están claras le acertó en un brazo a ese hombre. Tuvo que ser asistido en el policlínico Eva Perón de Granadero Baigorria.

La víctima fatal no fue identificada. Los vecinos aseguran que no residía en el barrio.

Lo curioso es que a pocas cuadras de allí, en ese mismo momento, la policía realizaba un operativo de control dispuesto por el nuevo jefe policial, Miguel Ángel Oliva.

Fue el asesinato 173° en lo que va del año. Lo debe investigar el fiscal Ademar Bianchini.