El Ministerio Público de la Acusación divulgó este lunes un video con imágenes de cámaras de seguridad en la zona de pasaje Sanguinetti al 5600, en el complejo fonavi de Seguí y Rouillón, que muestra la escena posterior a la ejecución criminal de dos adolescentes, el 24 de noviembre pasado por la tarde.

El video se ventiló en la audiencia imputativa que transcurre a instancias del fiscal Adrián Spelta en el Centro de Justicia Penal contra un joven de 20 años identificado como F.D.S, y un menor de edad de 17, ambos detenidos la semana pasada en zona norte bajo sospecha de haber participado en el crimen de Eric Galli y Valentín Solís, ambos de 14 años. El mayor de ellos está señalado como el probable autor material de los homicidios.

Galli y Solís estaban aquel jueves a las 4 de la tarde como un día más, en el patio común de los monoblocks del pasaje que corre paralelo al bulevar Seguí. Un rato antes había estado con ellos un joven conocido como Dante, al parecer, involucrado en el narcomenudeo que prospera en el playón deportivo municipal sobre la avenida. Cuando el homicida los enfrentó, Dante no estaba y ellos no atinaron a correr porque se sabían ajenos a las transas de su conocido.

Sin embargo, la inocencia no alcanzó para evitar que el asesino los ultimara a balazos, a sangre fría y a quemarropa. La policía recogió en la escena del doble crimen 16 casquillos servidos de proyectiles 9 milímetros. 

Según se desprende del video, el sicario no actuó solo, puesto que detrás suyo se ve correr a otros dos jóvenes más en la misma dirección.

Según lo que contó a RosarioPlus al día siguiente Elizabeth, la mamá de Valentín, los chicos volvían de la escuela, donde los habían desobligado porque no había agua en la institución. Y cuando se habían sentado en la puerta, fueron atacados. "Acá vivía la abuela de Valen, él y yo vivimos en otro lugar, más lejos de acá, nos tuvimos que mudar hace un tiempo cuando quedamos en situación de calle. Tengo cuatro hijos, el más chiquito es bebé", relató también la mujer, en medio del dolor.

Mientras hablaba con los periodistas que fueron hasta el barrio, Elizabeth se esforzaba por desvincular a su hijo asesinado de un presunto ajuste entre bandas. "No tenía nada que ver con ninguna cosa de drogas, era un chico aplicado, con notas excelentes en la escuela", repetía. Y hasta le pidió a su hermana que la alcance una de las carpetas de Valentín, llena de 10 y de felicitaciones de sus docentes.

Apenas un día antes, en ese mismo sector, habían baleado a un adolescente de 14 años y a una chica de 15 que jugaban a las cartas en la puerta de un minimarket, en circunstancias similares. Solo que esa vez, estos chicos pudieron sobrevivir.