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El último caso se registró esta madrugada en barrio General José de San Martín, en las inmediaciones de pasaje Rufino Ortega y Grandoli. Una pareja armada asaltó a un taxista cuando llegaron a destino. Lo encañonaron y le pidieron la plata de la recaudación. El año pasado, Daniel vivió en carne propia una situación similar, aunque más grave. Le dispararon y salvó su vida de milagro. La bala ingresó por el abdomen sin tocar ningún órgano.

El ataque ocurrió el 20 de junio cuando levantó a un mayor y un menor en el Hospital de Niños, quienes al llegar a la zona de Lavalle y Garay lo encañonaron sin mediar palabra. El forcejeo por evitar el robo terminó en disparos. Estuvo internado y volvió a trabajar luego de varias semanas de baja. 

Hoy Daniel conduce su taxi con una "cabina blindada" amurada a su asiento. La instaló ni bien salió del hospital. "Necesitaba algo para sentirme más seguro y lo encontré. No tenía sentido seguir arriesgando mi vida", le dice a Rosarioplus.com. Invirtió 20 mil pesos, una cifra que ya amortiguó al no haber sufrido ningún otro atraco. El blindex es antibala e "irrompible". No afecta la sonoridad y tiene un pequeño compartimento que se abre y se cierra por donde el pasajero introduce el dinero para pagar el viaje.

El sistema, a su juicio, tiene más aceptación entre los taxistas jóvenes, no así en los conductores más experimentados, quienes se niegan a "las innovaciones". "Tengo la sensación que hay mucha resistencia por el momento", aclara.  Sólo hay 30 vehículos equipados con esta novedosa cabina en toda la ciudad. En la actualidad, Rosario tiene unos 3.600 coches negros y amarillos.

"Esto salva vidas, ojalá que todos lo pongan. Doy fe que sirve y que ayuda en este clima de tanta violencia", concluye Daniel.