El sacerdote Julio César Grassi, condenado por abuso sexual agravado y corrupción de menores, pidió el beneficio de la prisión domiciliaria bajo el argumento de que corre riesgo su vida si se contagia Covid-19 en el penal de Campana.

Luego del fallo de la Cámara de Casación Penal bonaerense que habilitó las prisiones domiciliarias de algunas casos por la pandemia del coronavirus, el cura presentó un pedido de morigeración al Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N° 1 de Morón, según confirmó a Clarín el abogado Juan Pablo Gallego, querellante en la causa por abuso sexual contra el sacerdote.

El sacerdote, de 63 años, fue condenado a 15 años de prisión por abusar sexualmente del menor conocido como "Gabriel", a quien cuidaba en la Fundación Felices los Niños. La sentencia llegó tras un proceso que duró 11 años, desde octubre de 2002, cuando el caso salió a la luz por una investigación televisiva.

Grassi estuvo en la cárcel del 23 de octubre al 21 de noviembre de 2002; luego bajo prisión domiciliaria entre el 7 de marzo de 2012 y el 31 de mayo de ese año, y finalmente fue apresado otra vez el 23 de setiembre de 2013, cuando fue trasladado al penal de Campana, donde permanece alojado.

En 2017, La Cámara de Apelaciones en lo Penal y Criminal de Morón le concedió a Grassi el beneficio de la llamada "ley del 2x1" y estableció su salida en libertad para agosto de 2026, en lugar de 2028, como estaba previsto cuando fue condenado por abusar de un menor.