Desde febrero de este año Mariano Salomón, alias el Gordo Cacho, era seguido por las fuerzas policiales con datos que lo cercaban en el partido de La Matanza aunque sin poder tener precisiones. Un llamado al delivery para pedir pizzas y empanadas fue el dato que sirvió para conocer la dirección exacta del último miembro de la banda narco Los Monos que se encontraba prófugo.

El jefe de las Tropas de Operaciones Especiales, Adrián Forni, fue quien explicó la situación: “Salomón estaba dentro de un barrio de La Matanza aunque no se podía establecer con certeza el lugar, y luego cometió un error al pedir pizzas y empanadas (a un delivery). A partir de este error detectado por Inteligencia, dimos con el lugar preciso, y se montó la inteligencia de campo”.

Desde hace tres años se encontraba prófugo pero recién el pasado fin de semana se pudo dar con el paradero a partir de un error del propio Salomón. Forni realzó el trabajo de la policía y no lo redujo a un simple dato que le llegó a la policía: “No fue un dato, fue trabajo de Inteligencia. Se procesó mucha información. La precisión de la Inteligencia nos llevó a descubrir la torpeza porque nunca imaginó que se lo monitoreaba como se hizo, por eso se confió”.

Ante la prensa, el jefe de las TOE explicó que nunca hubo una posibilidad de entrega voluntaria como había trascendido. Sí confirmó que Salomón intentó fugarse aunque le costó porque la casa estaba muy bien fortificada con un sistema de rejas. Además comentó que estaba armado con una pistola 9 milímetros, un arma de guerra y varios cartuchos. Al momento de la detención tenía 7 celulares lo que hace presumir que podía seguir vinculado al negocio de la droga desde La Matanza.