Tres asesinatos en el inicio del fin de semana sumergieron un poco más a Rosario en el estigma de su violencia urbana. Todo, en un par de horas, entre la medianoche del viernes y la madrugada del sábado. Primero, un joven fusilado en un pasillo de Campbell al 3400, a la vuelta de donde esta semana fue ultimado un chico de 19 años a bordo de un auto. Más tarde, una mujer murió bajo las balas que le dispararon en Villa Manuelita, y otra mujer y una niña resultaron heridas en el mismo ataque. Por último, en barrio Matheu, la víctima fatal fue un muchacho de 27 años, acribillado a balazos. 

Según versiones de la policía y del Ministerio Público de la Acusación, Brian Ledesma, de 20 años, estaba en su cuadra, Campbell al 3400, con un grupo de amigos, cuando otros hombres a bordo de un vehículo cuyas características se reservan los abordaron y abrieron fuego a mansalva. Ledesma cayó herido de muerte con disparos en la cabeza, el pecho y las piernas. Murió poco más tarde en el Heca. Los asesinos, huyeron, y dejaron en la escena del ataque 12 vainas servidas calibre 9 milímetros. El fiscal a cargo es Alejandro Ferlazzo.

A la vuelta de ese lugar, en Cullen y Saavedra, este jueves había ocurrido otro homicidio, el de Juan Ignacio Celoria, de 20 años, emboscado cuando conducía un auto.

Hacia las 23.30, la violencia armada estalló en la otra punta de Rosario, cerca del río: Cepeda al 3600, Villa Manuelita. Gabriela Frasoli, de 24 años, caminaba por la calle cuando dos personas la encararon y a quemarropa le descerrajaron varios disparos. La joven aguantó un poco las heridas en la cabeza, el pecho y un brazo, pero murió menos de una hora después. 

Para esa hora, llevaron al hospital Roque Saenz Peña a una mujer de 44 años baleada en un brazo, y a una nena de 4 años al hospital Víctor J. Vilela, con un tiro en un glúteo. Ambas procedían desde la misma escena donde fue asesinada Frasoli. Se encuentran fuera de peligro.

A la 1.40, el mismo fiscal Ferlazzo recibió el aviso de que otro homicidio había ocurrido en zona sur: Presidente Quintana al 1800. Lucas David Rolón, de 27 años, yacía exánime sobre la calle. Su hermano, de 19 años, acababa de ingresar al Roque Saenz Peña con un balazo en el abdomen. Pero Lucas, también baleado, no había sobrevivido. 

En la calle la policía encontró 5 vainas servidas de pistola 9 milímetros. No trascendió más información de manera oficial.