Martín ‘Fantasma’ Paz había comprado una cupé BMW Z4 color blanco que decidió estrenar con su mujer y su pequeña hija, aprovechando el sol de la media tarde del sábado 8 de septiembre de 2012. A poco de arrancar el paseo, y mientras esperaba el paso del semáforo de 27 de Febrero y Entre Ríos, dos hombres en una moto se pusieron a la par y lo reventaron a tiros.

Entre seis y diez balas para el cuerpo de Paz, ninguna para el resto de los pasajeros. Puntería de sicarios. Agonizando pudo cruzar 27 de Febrero por calle Entre Ríos y dar una vuelta manzana, hasta que chocó contra unos vehículos estacionados. Estallaron los airbags y el barrio se conmocionó. Cuando llegó la policía, Paz estaba tumbado con el abdomen semidescubierto y explotado.

Este crimen es el inicio del expediente 913/12, causa a cargo del juez Juan Carlos Vienna, titular del juzgado de Instrucción Nº4, que, con el correr de los meses y a base de asesinatos, se fue abultando sin respiro y pasó a llamarse Megacausa Los Monos, hasta llegar a este martes 21 de noviembre de 2017 al día uno del juicio.

Paz se encargaba de las inversiones de Los Monos, de las operaciones de lavado del dinero y su muerte estuvo vinculada a un dinero  que le dio el Clan Cantero y él usó con otros fines. Parte de la plata sucia que Los Monos -sus jefes y a la vez cuñados- le habían dado para lavarla con la compra de autos importados, la destinó para hacer su propio negocio narco trayendo los insumos de Bolivia.

La idea era reponerla sin que nadie se enterase. Pero el Fantasma lamentó un imprevisto cambio de guardia de Gendarmería en el norte argentino, que terminó sin arreglo y con la incautación de la pasta base para la futura cocaína.

La tarde del sábado 8 de septiembre de 2012, un rato después de las 14, cuando Claudio Pájaro Cantero se enteró de que habían matado al Fantasma Paz, decidió ir a la escena del crimen a consolar a Mercedes, su mujer y hermana del muerto. Al parecer Pájaro prefería solucionar de otra manera el tema.