En la primera jornada de audiencias del juicio por el homicidio de Marcos Guenchul declararon un vecino de la zona, el efectivo policial que patrullaba cuando ocurrió, la imputada Priscila Denoya y el chofer del colectivo que justo pasaba al momento del ataque y que asistió a Guenchul, quien detalló paso a paso todo lo que vio en pocos minutos desde su unidad móvil aquel 23 de julio de 2019 a la noche, y de una actitud del fallecido que despertó intriga.

“Yo iba por calle Mendoza, y cuando llego a la esquina de Sucre me agarra el semáforo. Fue entonces que veo el forcejeo de este joven, Marcos Guenchul, con un hombre con capucha que me parecía que le estaba robando. Entonces toqué la bocina, abro la puerta y le digo que se suba a la K, pero él se quedó quieto y no hizo nada. Le dije ‘subite, subite’ pero se quedó helado”, recordó Gonzálo Fernández en su declaración como segundo testigo, frente a los jueces Mariano Aliau, Facundo Becerra y Carlos Leiva.

Qué pensó Marcos Guenchul en el momento en que tuvo un posible salvataje por parte del chofer, cuando pudo subir a tiempo a su trolebús, nadie podrá saberlo. Quizás al momento en que fue abordado por el encapuchado –que según la teoría del caso sería el imputado Maximiliano Panero- éste le inquirió que dejara de aquejar a la madre de su hija para verla, o algo similar ya que el móvil según el fiscal Spelta era un amedrentamiento ante su insistencia para que se cumpliera el régimen de visitas, que dos días después tenían cita formal en Tribunales Provinciales para empezar esa nueva etapa conciliatoria.

Quizás el agresor desde un principio lo intervino fingiendo querer robar sus objetos de pertenencia, cosa que finalmente hizo de todas formas. En el relato del chofer Fernández “el encapuchado lo lleva por la fuerza del brazo hacia Sucre, adonde veo que le saca la mochila y ahí veo fogonazos y escucho los disparos. Después el tipo se sube a un auto por Sucre y se va con la mochila”.

Fue así que el testigo principal de esta causa se bajó del colectivo para asistir a Guenchul malherido: "Me bajo a ver cómo estaba y se movía en el piso, entonces me fui a ver si viene alguien a ayudar, y justo vi el móvil policial por Mendoza. Le hice señas y le conté lo que pasó. Después me subí al colectivo y seguí trabajando”.

El partullero al que Fernández hizo referencia era conducido por el siguiente testigo, Damián, un efectivo de la Unidad Regional 2 que viajaba con su compañero de patrulla esa noche por calle Mendoza, y recordó: “Ibamos por Mendoza y nos hacen señas dos jovenes, estaba Guenchul herido en el piso. Vi dos vainas, que había que vallar la escena y no toqué, y pedí una unidad sanitaria. Esperamos y cuando vino el 107 el chico tenía signos vitales. Fui a ver las cámaras de seguridad y encontré la casa del vecino en calle Sucre, que nos abrió y mostró las cámaras en el momento. Ahí vimos que el agresor se escapó por calle Sucre”.

El vecino al que hizo referencia el efectivo fue el primer testigo en declarar. Armando se encontraba en su vivienda con su familia, donde no escuchó ni vio el hecho, pero reconoció las luces del móvil policial y salió a ofrecer sus cámaras.