La inventiva popular al servicio del delito golpeó dos veces en las últimas horas. Una mujer denunció este miércoles que alguien la llamó por teléfono a su casa del barrio del Abasto y simuló que era su nieta para lograr que entregue por voluntad propia una buena suma que tenía de sus ahorros. Algo similar ocurrió el martes con un anciano de zona centro. 

Un llamado a una vivienda de Cerrito al 1800 puso en marcha el timo que se hizo frecuente entre personas de edad avanzada, a quienes una buena performance de histrionismo acaban por engañar al tomarles por sorpresa. La dueña de casa atendió y creyó escuchar a su nieta quien le dijo que debía cambiar sus billetes de pesos y dólares porque –mintió– están por salir de circulación. 

La supuesta nieta de la damnificada le dijo que se encontraba en una sucursal del Banco Nación y que enviaría a un amigo a recoger el dinero para cambiárselo por los billetes adecuados. Y así ocurrió: minutos después, la mujer entregó 40.000 pesos y 1.000 dólares a un desconocido. Solo después de haber hablado con su nieta, cayó en la cuenta de que había sido timada.

En la víspera, el que cayó fue un hombre de 81 años, vecino de Entre Ríos al 1300. Quien lo llamó fue un desconocido que se hizo pasar por su hijo –aunque estaba afónico, según dijo, para justificar cierta alteración en la voz– y lo convenció de que debía cambiar sus dólares. Le ofreció acudir al banco donde él lo esperaría, o le mandaba a su contador a buscar el dinero.

El anciano aceptó la segunda opción. Puso 14.000 dólares en una bolsita, y se las entregó a un hombre que poco después llamó a su puerta y dijo ser el contador de su hijo. "Estaba apurado, no quiso pasar", dijo el incauto.

Los dos casos fueron denunciados en la comisaría 2°.