Sebastián Ibarra, una de las víctimas del doble homicidio que se produjo este sábado por la tarde a plena luz del día en barrio Ludueña, era integrante de una familia de policías. Dos de ellos sufrieron el mismo destino que Sebastián.

El hombre de 37 años baleado esta tarde en la zona de Velez Sarsfield al 5500 y fallecido horas después, se desempeñaba como personal de la policía pero fue pasado a disponibilidad hace algunos años.

Su profesión y su trágico final coincide con la historia que marcó el destino de su hermano Cristian y su padre Mario. Horas más tarde del doble crimen, se conoció también que su hermana trabajaba en el área de balística de la Policía de Investigaciones (PDI).

Altas fuentes del Ministerio de Seguridad provincial reconocieron a este medio que se trata de una familia que tuvo antecedentes por vínculos con el narcotráfico en la ciudad de Rosario.

Cristian Ibarra, hermano de Sebastián, se desempeñaba como policía y fue asesinado el 22 de julio de 2019 luego de recibir seis disparos.

Por ese hecho fue condenado a 14 años de prisión Ariel Maximiliano Cantero, apodado "Chanchón", hijo de Ariel "El Viejo" Cantero. Según el fiscal de esa causa  el episodio se enmarcó en una disputa narco.

Cristian Ibarra fue ejecutado en el interior de su auto, que quedó con las puertas abiertas y apagado en Larralde y Dean Funes, frente a la escuela Victoriano Montes. Tenía al menos seis impactos en el cráneo y no tenía heridas en otras partes del cuerpo.

Por su parte, Mario Ibarra, padre de Sebastián y Cristian, también era policía y se desempeñaba como oficial en la Comisaría 12. Fue asesinado en febrero de 2014 mientras trabajaba como remisero en la zona del casino City Center y nunca se identificó a los agresores.