Dos mujeres denunciaron a un grupo de policías de la comisaría 8ª por torturas, humillaciones y robo tras una detención irregular que se produjo en el marco de un operativo en zona norte.

El hecho ocurrió el pasado jueves 11 de enero, cuando varios patrulleros llegaron a avenida Sabin al 1100 y procedieron a la detención de un par de chicos del barrio. “Mi hermano Alan llamó a la puerta de casa para avisarme de lo que pasaba a eso de las 9:30, cuando yo todavía dormía”, contó a Rosarioplus.com Mara Pascucci, ama de casa de 32 años, quien interpuso la denuncia.

Según explicó Mara, la actitud de los agentes con los chicos era muy violenta, y por eso decidió grabar el accionar policial y salir a la calle a pedirle a los uniformados que no agredieran a los detenidos. Fue en ese momento cuando uno de los efectivos se lanzó contra la mujer y le retorció el brazo para arrebatarle el celular.

“Me llevaron por filmar. El policía me agarró de los pelos y me arrastró hasta el patrullero. Ahí me esposaron y me tumbaron boca abajo mientras una policía me pisaba la cabeza”, detalló la mujer, que además denunció que los agentes no iban identificados.

Al mismo tiempo, según denuncia Mara, varios policías accedieron a su vivienda y realizaron importantes destrozos. También le sustrajeron tres tablets, “que les había regalado a mis hijos por Navidad”, el celular de su hija y de su esposo, y una mochila donde estaba guardada la alianza de su marido, con su nombre grabado.

Tras la trifulca, también fueron trasladados a la comisaría sus dos hermanos y cuatro de sus hijos menores de edad. Los tres más chicos, de 9, 11 y 12 años, quedaron retenidos en la comisaría junto al hermano de Mara, pero ella, su hermana Daniela y su hija Damaris de 16 años, fueron llevadas a un calabozo.

“Nos hicieron desnudar completamente a las tres delante de agentes hombres y mujeres. Después a mi hija se la llevaron a un rincón y empezaron a golpearla”, narró Pascucci. “En un momento le iban a dar una descarga con uno de esos aparatos eléctricos, pero mi hija gritó que estaba embarazada para evitarlo”, agregó.

Tras varias escenas de torturas, vejaciones, insultos y humillaciones que se alargaron por casi once horas, un oficial y una policía encerraron a Mara y a su hermana Daniela en un cuarto y las obligaron a desbloquear sus celulares, ya que necesitaban sus huellas dactilares para acceder al contenido y poder borrar los videos realizados del operativo.

Además les hicieron firmar documentos en blanco para ser liberadas y no les permitieron realizar ninguna llamada. Fue uno de los oficiales quien, desde el teléfono de la detenida, llamó al padre de esta para que fuera a buscar a los chicos.

Al día siguiente Mara acudió a Tribunales para presentar la denuncia, y en el tercer piso de las dependencias judiciales le realizaron un parte de las lesiones recibidas durante la detención. La Asamblea Permanente por los Derechos Humanos se hizo eco del caso y le ofreció asistencia jurídica a las víctimas.

Mara y su hija fueron citadas esta misma semana para ampliar su denuncia en Fiscalía. “Le solicitamos y en especial al ministro Pullaro, una intervención seria en la prevención y sanción de la represión ilegal del Estado protagonizada por las fuerzas de seguridad de la provincia”, exigieron desde el organismo de Derechos Humanos ante estos casos de violencia institucional que se repiten en la ciudad.