En Rosario funciona un Casino con un lujoso hotel, que eligió nada menos que Lionel Messi para celebrar su fiesta de casamiento con invitados de todo el planeta. Un lugar en el que siempre hay policías y no parecía ser un objetivo simple a la hora de ejecutar un atentado. Hasta que el 11 de enero de 2020, dos sicarios dispararon seis veces contra uno de sus balcones. Esa noche murió un apostador del City Center y el impacto fue enorme. La investigación sobre lo ocurrido dejó al desnudo una trama inquietante que combinaba extorsiones y balaceras, con una red que incluía a fiscales, policías, importantes actores de la política y el principal capitalista del juego ilegal en la provincia, con el líder de Los Monos como integrante. Pero hay más: de acuerdo a la acusación que dieron a conocer los fiscales Matías Edery y Luis Schiappa Pietra, la conmoción podría haber tenido ribetes memorables de haberse concretado el delirante plan original, instigado por el propio "Guille" Cantero desde la prisión, que era hacer explotar el estacionamiento del lugar, en Oroño y Circunvalación.

Los hechos

Aunque se venía planificando desde antes, el atentado se concretó en los primeros días de 2020: un 11 de enero, pocos minutos antes de las once de la noche. Una moto con dos ocupantes se detuvo en uno de los laterales del casino, por Moreno al 6400. Y una de las personas de la moto disparó seis veces contra el balcón de fumadores. Una de las balas dio en el cráneo de Enrique Ensino, gerente de la sucursal del Banco Nación en Las Parejas que había viajado a Rosario con su esposa, para apostar en el City Center. Había salido a fumar y se topó con los disparos.

Así lo relata la acusación de Edery y Schiappa Pietra: "Se posicionaron en una ubicación estratégicamente escogida y desde ese lugar efectuaron un total de seis detonaciones contra el sector externo de fumadores del complejo del casino 'City Center Rosario', con el efectivo y certero conocimiento de que en el referido lugar se encontraban diferentes personas, y de esa manera provocaron la muerte del Sr. Enrique Jose Ensino, quien precisamente recibió un impacto de proyectil de arma de fuego en el cráneo, ocasionando su fallecimiento como consecuencia de las lesiones provocadas".

Esa misma noche se inició una investigación que llevó casi dos años, para la cual fueron claves no sólo la curiosidad de los fiscales, sino también varios descuidos de la banda criminal. Esto último permitió recolectar pruebas de teléfonos descartados y acreditar no sólo quiénes habían ejecutado el atentado, sino cómo se había planificado y la red extorsiva que funcionaba antes y después de la noche de los disparos.

Lo que los fiscales Edery y Schiappa Pietra plantean es que había una asociación ilícita con autores materiales, una persona que conectaba a las partes y un autor intelectual que fue Ariel Máximo "Guille" Cantero, desde la cárcel. Para él, Fiscalía pedirá 22 años de prisión que se podrían sumar a las condenas que ya tiene, en un juicio inédito que debería realizarse en febrero próximo y juntaría en una misma audiencia a ex fiscales, un policía retirado y al líder de Los Monos. La acusación que se presentó en estos días por la causa del atentado incluye también a Maximiliano "Cachete" Díaz, Carlos "El Toro" Escobar y Otniel "Dominicano" Almonte.

Aquí vale la pena detenerse un instante en Almonte y su historia, que es realmente de película. Nacido en República Dominicana y protagonista de delitos varios en el sur santafesino, este sicario de Los Monos termina cayendo preso, insólitamente, por culpa de la pandemia. Es que "Dominicano" fue detenido en marzo de 2020, dos meses después de la balacera fatal al City Center, pero no por el crimen del casino: estaba circulando por Villa Constitución fuera de la hora permitida por la restricciones del COVID. Se lo retuvo en su auto por motivos sanitarios y allí se verificó que era buscado por un homicidio previo, de un policía retirado vinculado al narcomenudeo en la zona oeste de Rosario. Más tarde, se encontraría también que Almonte esta implicado con el crimen del casino. Pero con todo ese prontuario, lo que lo hizo caer fue la violación de la cuarentena.

Aunque no sería ese el único error de la banda. Dos días antes del 11 de enero, había existido una comunicación entre el intermediario de los atacantes y los sicarios, desde un teléfono que ya estaba intervenido por la justicia. En ese tiempo, "Cachete" Díaz actuaba como gestor de extorsiones para Los Monos. Por eso luego se lograría llegar hasta él en su domicilio de Mitre al 1700, previo allanamiento de la casa de sus padres en zona sur. Cuando fue detenido quiso romper y descartar su teléfono, que un vecino encontró y acercó a la Fiscalía. Con los datos que tenía ese celular se pudo reconstruir parte de la trama.

La investigación de Fiscalía

En la acusación, se deja constancia que en la previa existía un plan extorsivo que se había iniciado al menos en agosto de 2019, varios meses antes del ataque al City Center. Lo presentado por Edery y Schiappa Pietra es un documento de 72 páginas que tiene sólo una primera parte de las pruebas acumuladas, ya que el resto se llevarán a juicio. El extenso trabajo revela un dato increíble: antes de la idea de los tiradores en moto había existido otro plan mafioso, mucho más impactante, que fracasó por un imprevisto. 

En la esquina de Lavalle y Centeno, en un control de rutina, Gendarmería abortó de casualidad el 7 de enero de 2020 lo que podría haber sido una tragedia de antología. Es que el apriete original para chantajear al complejo de Oroño y Circunvalación era incendiar la cochera en el subsuelo, en la noche del 8 de enero. Pero ese plan se frustró porque las fuerzas federales detuvieron un VW Gol rojo que estaba flojo de papeles y se encontraron con un arma no declarada en el baúl. 

Hay otra revelación de los fiscales, que suma un dato singular y da cuenta de lo barata que es la mano de obra que tienen hoy a su alcance grupos mafiosos como el de Los Monos: según mensajes que se intercambiaron en esos días de 2020 los imputados, que pudo interceptar luego Fiscalía, la retribución al encargado de perpetrar el atentado incendiario era de apenas 5.000 pesos.

El dato surge de la primera parte de la acusación, en conversación entre "Cachete" Díaz y Cantero. Quien debía conseguir los sicarios que iban a ir hasta el Casino, le plantea a "Guille" que debería haber una persona más, "que haga de campana". Y como no había más plata para pagar por la operación, llega a la conclusión que deberán ir dos personas y repartirse dos mil quinientos pesos cada uno.   

La investigación tiene además otros datos, escuchas telefónicas a personajes involucrados, declaraciones de autoridades que participaron de detenciones y de peritajes. El documento al que RosarioPlus tuvo acceso expone también la dinámica de un negocio ilegal consistente en amedrentar con acciones violentas y chantajear en consecuencia para garantizar la paz a cambio de dinero.

La trama del atentado

En la operación contra el complejo City Center, según se desprende de la investigación, había dos grupos: un primer equipo que comunicaba mensajes intimidatorios a las víctimas. Un segundo grupo de personas se encargaba de llevar a cabo los hechos intimidatorios contra la integridad física de las ocasionales víctimas. Un tercer grupo se encargaba de administrar el dinero obtenido de forma ilícita y hacerlo circular. Finalmente, la asociación ilícita contaba con un cuarto grupo con la tarea involucrarla en los negocios ilegales de "quiniela" clandestina y casinos ilegales.

Los miembros de este grupo prestaban colaboración para obtener cobertura institucional en agencias policiales y/o judiciales a los integrantes de la misma. De hecho, lo que posibilitó el avance de la investigación tras el atentado fue una comunicación de "Cachete" Díaz con Leonardo Peiti, cuando se frustra el primer atentado. En esa ocasión, quien hacía de intermediario con Cantero le pide al capitalista del juego ilegal -con el que ya venía teniendo diálogo- que interceda ante los fiscales que conocía, por la detención de Quintero y Recaldez, que iban en el VW rojo que nunca pudo llegar al casino.  

Estos dos hombres habían sido neutralizados de manera casual el 7 de enero. En el plan original debían meter a la cochera subterránea un auto el 8 de enero, con "el objetivo de prender fuego en el estacionamiento del casino", según reconstruyeron los fiscales.  

"Este ataque fue casualmente frustrado porque ambos fueron interceptados por personal de la Gendarmería Nacional Argentina, que al detenerlos durante un patrullaje constató que la patente colocada en el vehículo VW Gol en la que circulaban no coincidía con el dominio grabado en los cristales. Mientras que la patente colocada pertenecía a un Renault Express y no tenía pedido de secuestro, el dominio grabado en los cristales (BTG-246) coincidía con el vehículo y tenía registrada una denuncia por robo del mismo día. Al registrar el vehículo se halló una patente en el baúl y una pistola calibre 9 mm marca Browning con 14 municiones", señala la investigación.

 En la página 14 del documento, los fiscales dan cuenta del plan original
En la página 14 del documento, los fiscales dan cuenta del plan original

Por eso cayeron detenidos Recaldez y Quintero, por quien Díaz inicia una gestión. Peiti se ofrece para hablar con un comisario retirado, Alejandro "Pipi" Torrisi, que unos meses más tarde sería detenido en el marco de la investigación por el juego ilegal. Éste le responde a Peiti que no podía hacer nada, porque el tema ya había pasado al MPA. Y allí el capitalista del juego clandestino intenta también utilizar sus contactos con el fiscal Serjal, aunque el caso ya lo tenía Aníbal Véscovo. Como se sabe, la investigación llevaría luego a las relaciones de este grupo con actores de la política, como el senador Armando Traferri.

Las comunicaciones con Cantero

En la imputación, los fiscales revelan también conversaciones de Díaz con Cantero y con "Toro" Escobar, también detenido. Y dan cuenta de una tarea encargada desde la cárcel. Lo que sigue es el detalle de esas llamadas.

El 6 de enero de 2020, "Cachete" llama a un número del Servicio Penitenciario y habla con Escobar:

-Escobar "Escucha mañana el tema del ca, lo hacen ustede o queré que lo hagamo?" 
-Díaz: "El temita de que??". 
-Escobar: "De el casino de ahí..." 
-Díaz: "Ah para el miércoles" 
-Escobar: "... Mañana que eh??? Marte..." 
-Díaz: "Ese, ... quiere que lo haga, con el pibe este que eta conmigo, porque yo le había dicho a él justo" 
-Escobar "El el pibe mío este iba, iba a ir él, y si querés se hace con el pibe tuyo" 
-Díaz: "Bueno el pibe este, tiene auti, un tutu, algo??, De última para que lo levanten de ahí, que arreglen ellos y ya esta, yo le iba a tirar una monedita, ahí el pibe mio iban a ir ellos..." 

Como es habitual en este tipo de comunicaciones, intentan disimular datos o nombres, al no saber si alguien los está escuchando. Por eso omiten nombrar en la charla a Cantero, a quien llaman "Ese". Pero cometen la torpeza de mencionar al casino.

Con quien Díaz se comunica al día siguiente, a otra línea del Servicio Penitenciario. Allí, cuando "Cachete" le dice que va a ir al Casino a concretar lo hablado, "Guille" le responde desde la cárcel: "Sí, sí, fijate bien, la hacemos bien, a ver si nos dan algo bien piola". "Cachete" a su vez le contesta: "Sí, si, boludo. Ahí ya les dije a los guachos qué es lo que tienen que hacer así que vamos a ver cómo sale". A lo que Cantero manifiesta: "Dale".

La orden era atentar contra el City Center de Rosario para generar caos, con el objetivo de que el Casino les pague a cambio de evitar nuevos ataques. El impacto buscado se logró, pero la rigurosa investigación que vino después logró desnudar el armado del plan. Así, se evitó que la banda criminal pueda dar el segundo paso, que era cobrar por la extorsión. Y que en pocas semanas, los autores materiales e intelectuales de tal vez el atentado más resonante de la historia reciente de la ciudad, vayan a juicio. 

Está dicho: un hecho casi azaroso fue el que evitó que vuele por los aires el hotel cinco estrellas en el que se había casado Messi. El tiempo dirá si la investigación que aquí se publica permite no sólo condenar a los responsables del asesinato que sí se llevó a cabo, sino empezar a poner fin el accionar de las bandas mafiosas que coordinaron este y otros ataques, que en muchas ocasiones se planifican desde la propia cárcel.