Ni “exhaustiva investigación” ni perro rastreador. Los 450 kilos de cocaína descubiertos en un buque atracado en el puerto de Vicentin, en San Lorenzo, quedaron al descubierto por la denuncia del capitán de la nave, aunque la ministra de Seguridad Patricia Bullrich omitió decirlo en su viaje relámpago para fotografiarse con el decomiso y tildarlo como un “knock out al narcotráfico”.

Bullrich se ufanó del secuestro de numerosos paquetes con cocaína prensada, y estimó su valor de mercado en 6 millones de dólares.

“Es un operativo hecho a partir de la Unidad de Información Financiera del doctor Paul Starc, de la Aduana, de la Justicia Federal, y del Ministerio de Seguridad nacional. Todos juntos en equipo para que quien las hace las pague”, se jactó la ministra. 

Pero trascendió desde el seno de la investigación que el carguero Ceci, con bandera de Islas Marshall, llegó desde Emiratos Árabes, con una escala en Montevideo, y atracó en el puerto sanlorencino de Vicentin para cargar pellets de girasol y zarpar luego hacia el puerto de Amsterdam, en Países Bajos. 

Su tripulación está compuesta de 21 hombres de nacionalidad filipina, incluido el capitán. Y fue este, el responsable del navío, quien al atracar comunicó a Prefectura Naval que había una carga desconocida en la cámara frigorífica del sector de bodega.

Así se descubrió el cargamento narco. Los 20 marineros quedaron detenidos hasta que se elucide la responsabilidad de cada uno. El capitán es el único que conservó su libertad puesto que fue quien dio aviso a las autoridades.

Ahora es el fiscal federal Claudio Kishimoto quien deberá determinar dónde se colocó esa carga de droga en el buque.