Causa Bailaque: una historia de extorsión, democracia y pájaros
Aquí transcurre el primero de los tres ejes de delito por los cuales el juez federal de Rosario afrontó este miércoles una imputación en su contra: la trama de un acuerdo mafioso para sonsacarle dinero a empresarios de la ciudad con una causa armada.
El 14 de agosto de 2019, la extorsión dio su primer paso: una denuncia anónima ingresó a la ex Afip en la cual se acusaba a los empresarios Claudio Iglesias y Jorge Oneto de lavar dinero de Los Monos, el clan narcocriminal más mentado de Rosario. Ese mismo día, el ex director regional de Afip Rosario, Carlos Damián Vaudagna, formalizó la denuncia en la Justicia Federal, con la suerte de que el magistrado de turno era el juez federal Marcelo Bailaque. El mismo que hoy afrontó una imputación penal por corrupción, incumplimiento de deberes de funcionario público y prevaricato en el mismo palacio judicial de Oroño al 900 donde cada día atiende su juzgado.
Una vez iniciado aquel proceso judicial a instancias de la Afip, un nuevo participante de la banda entró en acción: Fernando Whpei, empresario prolífico y filántropo, impulsor entre otras causas del Museo de la Democracia, en el mítico Palacio Fuentes, de Santa Fe y Sarmiento.
En octubre de 2019, el empresario convocó a una reunión en su oficina de ese céntrico palacio: los convocados eran Iglesias y Oneto, para comentarles la situación judicial en la que estaban implicados, y ofrecerles un asesoramiento "integral e íntegro", según comentó Eduardo Lagos, un cuarto integrante de la reunión.
En dicho encuentro, Whpei le expuso a las víctimas que se había presentado a la ex Afip una denuncia anónima, pero que en realidad estaba orquestada por "gente importante y pesada" de Buenos Aires, en su contra. Además de describir la causa que se había armado, el empresario ofreció una solución a cambio de 200 mil dólares.
Ante este escenario, Iglesias y Oneto aceptaron la propuesta y a fines de octubre le entregaron al ahora valijero 40 mil dólares. Este monto aseguraría la detención del proceso y evitaría allanamientos.
Sin embargo, a pesar del pago, el 1º de noviembre de 2019 fueron allanados varios domicilios vinculados a Iglesias.
Posteriormente, en 2020, Whpei volvió a contactar a las víctimas para solicitarles 10 mil dólares y evitar indagatorias. Otra vez, el pago se realizó pero la promesa no se cumplió e Iglesias fue a indagatoria.
Bailaque interrogó a Iglesias –que por entonces se jugaba la chance de asumir como presidente del Grupo San Cristóbal Seguros– y le dictó falta de mérito. No obstante, no lo sobreseyó, lo mantuvo prendido a la denuncia.
De esa forma, la causa, o mejor dicho la extorsión, continuó, según la intepretación de los fiscales. Esta decisión judicial le permitió a Iglesias disponer de dinero que había sido incautado, un factor que seguramente tuvo en cuenta el magistrado.
El asedio a las víctimas llegó a su fin en marzo de 2022, cuando Iglesias realizó una última entrega de dinero, sumando 160 mil dólares desde que inició la extorsión, y rechazó seguir con las reuniones.
El pájaro y la Lepra
En octubre de 2019, Jorge Oneto le comentó a su amigo Daniel Giraudo que el juez Bailaque llevaba adelante una injusta causa en su contra por lavado de dinero. Ante esto, el ex candidato a presidente de Newell’s se ofreció para interceder y hablar con el magistrado, con el cual tuvo relación por la pasión rojinegra de ambos.
Finalmente, el "Pájaro" visitó al juez en los Tribunales Federales y le expuso la situación que Oneto le había revelado. Sin embargo, Bailaque desestimó el pedido de Giraudo y sólo se concentró en hablar de la Lepra hasta que dio por concluida la visita.