Cuando la juez penal Trinidad Chiabrera imputó este jueves a los ex jefes policiales Gonzalo Paz, Gustavo Spoleti y Jorge Quintana por encubrir a su camarada Sergio Di Franco como asesino de Juan Cruz Vitali, al término de una persecución, dos años atrás, los fiscales habían expuesto evidencias sobre una asombrosa tarea de protección corporativa en la Policía de San Lorenzo. Con influencias políticas y judiciales incluidas, todo para "favorecer la situación procesal de Di Franco", resumieron Matías Edery y Luis Schiappa Pietra, los fiscales de esta causa.

Juan Cruz Vitali tenía 23 años, dos hijas y un empleo. La madrugada del domingo 12 de mayo de 2019 en San Lorenzo desobedeció la orden de detenerse en un control vehicular y escapó en su Volkswagen Fox. Los policías se lanzaron a perseguirlo, hasta Capitán Bermúdez, en la casa de un tío de Vitali donde éste quiso pedir ayuda. Cuando el joven entraba a la vivienda, el comisario Sergio Di Franco le acertó un balazo mortal en la nuca. Di Franco, que entonces era jefe de Cuerpos en la Unidad Regional XVII, sigue en prisión preventiva a la espera del juicio oral por homicidio agravado (aunque ayer los fiscales comentaron que está en libertad). Esa causa se tramita en San Lorenzo, y los fiscales son Melisa Serena y Miguel Moreno. 

Gonzalo Paz (der.) era jefe de la URXVII.
Gonzalo Paz (der.) era jefe de la URXVII.

La causa en la que se imputó a Paz, Spoleti y Quintana es la madeja del encubrimiento posterior, y se desarrolla en Rosario porque Fiscalía entiende que esas acciones ocurrieron aquí. Es que hubo la versión inicial de la Policía fue pretender que Di Franco mató a Vitali de manera accidental, al forcejear con él porque se resistía al arresto. Todo indica que no fue así.

Los delitos endilgados a los tres son incumplimiento de deberes de funcionario público y encubrimiento agravado. Spoletti solo habló para plantear que es amigo de Di Franco y lo asistió en esa condición pero negó los cargos, y –como sus colegas– se negó a responder preguntas de Fiscalía. Quintana rechazó la acusación, y Paz no quiso declarar.

Los fiscales relataron una sucesión de hechos de encubrimiento y advirtieron la dificultad de investigar un delito grave cuando hay un policía involucrado. Pero se valieron de dos evidencias clave para construir la acusación. Una fue el testimonio del perito Julio Erbetta, jefe criminalístico en la Policía de Investigaciones, quien denunció que Quintana le pidió que cambiara una vaina de bala 9 mm de las que debía analizar por otra perteneciente al arma de otro policía, con tal de beneficiar la posición de Di Franco. Y le ofreció que le pusiera precio a esa alteración de evidencia.

Gustavo Spoleti se movió en ayuda de su amigo, Di Franco. Aquí, compareciendo como acusado en otro proceso criminal.
Gustavo Spoleti se movió en ayuda de su amigo, Di Franco. Aquí, compareciendo como acusado en otro proceso criminal.

La otra prueba revelada ayer por los fiscales son las numerosas conversaciones audios y mensajes hallados en el teléfono personal de Spoleti, peritado luego de habérselo secuestrado en el marco de otra investigación donde al ex jefe de Investigaciones de la URXVII se le investigaron vínculos con el clan del narco Esteban Alvarado.

De acuerdo a la exposición de los fiscales, en las horas siguientes al homicidio, Paz lo mandó a Spoleti a que le pida al senador Armando Traferri el número telefónico del (ex) fiscal Gustavo Ponce Asahad (destituido por corrupción). "Pipi me pasó su teléfono para ver si puede atenderme 5 minutos, doctor", se presentó Spoleti ante el funcionario fiscal, hoy detenido y desplazado junto con su jefe, el ex fiscal regional Patricio Serjal. Spoleti y Ponce Asahad se reunieron en la esquina del Centro de Justicia Penal y hablaron sobre la situación de Di Franco, según Schiappa Pietra. 

La transcripción muestra que Spoleti mantuvo al tanto a Paz sobre las gestiones para aliviar la situación de Di Franco. "Está duro para sacar la domiciliaria", le comentó Spoleti, que además le pidió a su jefe que le enviara fotos o copias de las declaraciones de los policías y agentes de tránsito acerca de los hechos "y así se las doy a Paul", dijo. Paul es Krupnick, el abogado defensor de Di Franco, que a su vez en esta causa lo representa a Spoleti.

"Ni Paz ni Spoleti tenían nada que hacer en ese sumario –dijo el fiscal Edery– y sin embargo le adelantaron el contenido de las actuaciones al abogado de Di Franco, buscaron testigos y hasta manejaban los honorarios del abogado", señaló.

Contaron los fiscales que rompieron la faja de seguridad del auto de Vitali y luego mandaron a precintarlo de nuevo. Narraron cómo Spoleti acudió a una marcha en San Lorenzo de los deudos de Vitali en reclamo de justicia y reportó detalles a su jefe Paz. "Una tarea que recuerda la inteligencia que se hacía en dictadura sobre las manifestaciones", comparó Edery.

Luego revelaron que la PDI de San Lorenzo apuró un informe sobre la reconstrucción del hecho, amañado a la hipótesis del disparo accidental, y lo hicieron antes de que Fiscalía lo pidiera.

El día que la fiscal Serena consintió otorgar prisión domiciliaria a Di Franco, Spoleti le avisó a Paz:

—El Toto se va con domiciliaria, está contento -celebró.

—Excelente. Decile gracias al doctor (Krupnick) y al senador -encargó Paz.

El fiscal Schiappa Pietra concluyó: "Vemos jefes policiales hablando con jueces para meterle una idea en la cabeza, ejerciendo influencias policiales, políticas, judiciales. Esto es gravísimo, es la eliminación de la República", reforzó.

Los fiscales no pidieron que los imputados queden en prisión preventiva, pero convinieron con la jueza Chiabrera que depositen fianza de 300.000 pesos cada uno, fijen domicilio y acudan semanalmente a firmar en la Oficina de Gestión Judicial, con la obligación de avisar si salen de la provincia. 

Caso Vitali: las asombrosas gestiones de tres jefes policiales para encubrir a otro