El fiscal que investiga la muerte de Carlos Orellano, el joven que fue a bailar a un boliche y apareció muerto dos días después en el río Paraná, ordenó este jueves la búsqueda de rastros de sangre en ese local a través de pruebas de Luminol. En tanto, se esperan los resultados de la autopsia.

Además, el fiscal Patricio Saldutti, ordenó un relevamiento "para croquis planimétrico exhaustivo del interior del local bailable", así como del frente, la parte trasera y las adyacencias, indicó el Ministerio Público de la Acusación (MPA).

Las medidas comenzaron a ejecutarse este jueves por la tarde en el boliche bailable Ming, ubicado en la Estación Fluvial, el lugar donde fue visto con vida por última vez el joven Orellano la madrugada del lunes 24 de febrero pasado.

Las medidas de prueba eran realizadas por personal de la Policía Federal, atento a que el fiscal desafectó de la investigación a la fuerza de seguridad santafesina, ante posibles riesgos de complicidad.

Saldutti aguarda los resultados de análisis y estudios que se realizaron el lunes último al cuerpo del joven, que fue sometido a autopsia en un proceso discutido por la querella de su familia, para establecer el motivo de la muerte.

Mientras los familiares y su perito de parte aseguran que el cuerpo presentaba golpes y hematomas, la directora del Instituto Médico Legal de Rosario, Alicia Cadierno, afirmó que "no hay ningún elemento" para afirmar que haya muerto por una paliza.

De acuerdo a la familia Orellano, Carlos intentó ingresar al VIP del boliche sin autorización y fue golpeado por los patovicas del local.

El padre de la víctima, Edgardo Orellano, se reunió la semana pasada con Alberto Fernández, quien visitó Rosario por el 208º aniversario de la creación de la bandera. El presidente dijo entonces que hará "todo lo que haga falta para que, de una vez por todas, dejemos de reclamar justicia para uno y para el otro y que veamos castigados a los culpables de tantos delitos".

El fiscal del caso secuestró los teléfonos celulares de los 12 patovicas del boliche Ming y de dos policías que realizaban servicios adicionales en el lugar.

Hasta ahora no se conoce la razón de la muerte del joven cuyo cuerpo apareció el miércoles 27 flotando en el río Paraná, a pocos metros del boliche al que había ido a divertirse.