La primera jornada del juicio a tres personas imputadas por el homicidio de Marcos Guenchul mostró la confrontación de posiciones entre las defensas por un lado, y la fiscalía y la querella por el otro. Está en juego un pedido de condena de prisión perpetua como coautores de homicidio agravado por la premeditación por promesa remunerativa.

Uno de los abogados de la defensa alegó que el objetivo original de lo que terminó en asesinato era "amedrentar a Guenchul para evitar que él termine cometiendo un femicidio". Desde la querella que encara la familia de la víctima, se ratificó que Priscila Denoya no quiso que su expareja ejerciera la paternidad de la hija y por lo tanto urdió el plan criminal junto con su pareja actual, el otro imputado, Santiago "Caio" Soso. El tercero, Maximiliano Panero, para la querella es "el asesino".

El fiscal Adrián Spelta estuvo a cargo de arrancar con su alegato, al asegurar que “en el final de este juicio se evidenciará que las víctimas de todo este caso, además de Guenchul claro, son las dos menores", en referencia a su hija Tiziana y su hermana, hija de Denoya y Soso. Recordó que “Marcos quería tener un régimen de visitas a su hija y la animosidad de Priscila Denoya hacia él se la transmitió a Caio Soso –su actual pareja, padre de su segunda hija, e imputado como coautor– y en su casa se planificó el ataque”. Es por eso que ambos son vistos como coautores del homicidio agravado por el vínculo, en tanto que el autor material es agravado en concurso real.

El abogado representante de la querella, Leonardo Botta, se mostró en total sintonía con el alegato de la Fiscalía. Reclamó la prisión perpetua para los tres imputados, y aseguró: “En este juicio veremos quién era Marcos, un hombre lleno de amigos y familiar, y sus allegados mostrarán que el único conflicto que tuvo en su vida era con Denoya”.

Para Botta “el móvil de Priscila fue no querer que Marcos sea el padre de su hija, y su idea fue ejecutar ese plan con Soso”, en tanto que sobre el imputado como autor material del hecho precisó que “Panero es lo que en términos jurídicos se conoce como asesino”.

Como era previsible, el abogado de Priscila Denoya, Fausto Yrure, dejó asentado en la primera jornada del juicio que su defendida “no sabía lo que iba a pasar, no formó parte de ningún plan, y cuando supo no lo aprobó”.

Aseguró que “si bien Marcos murió injustamente, Priscila está presa con su hija Martina desde hace dos años y medio también injustamente”, y achacó al fiscal Spelta desconocer el caso, ya que “ella nunca estuvo casada con Guenchul y nunca tuvo una relación de pareja”, algo que fue aclarado por la propia imputada en torno a su “relación sexual ocasional”, y donde también precisó que es una mujer divorciada producto de un matrimonio anterior con otro hombre, con quien buscaron formar una familia infructuosamente y luego se divorciaron.

Según Yrure, “la chicana de que Marcos quería ver a su hija es falsa y se verán las pruebas de que él dio un ultimátum por las visitas. Priscila no tenía motivos para matarlo, y no tengo intención de hablar mal del muerto, pero a ella le preocupaban cosas como mamá de Tiziana, que esperó a esa bebé en soledad. Lo que hizo mal Priscila fue solamente haberlos llevado a la casa de Panero en Villa Gobernador Gálvez cuando Caio apareció en su casa tras el hecho”.

El móvil de Caio, el miedo a un femicidio

El abogado de Caio Soso, Daniel Terani, recordó que “en esa historia había prohibición de acercamiento, insultos y hasta mostraremos un mail amenazante. Mi cliente tenía terror de que esto termine como ocurre en estos casos, con un femicidio por parte de Guenchul”.

El defensor no negó la autoría del plan contra Guenchul aunque tampoco lo explicitó, y aseguró que “es un hecho que como dicen ‘se le fue de las manos’”. Agregó que incluso un testigo escuchó que en el momento del ataque Panero lo quiso calmar con un “quedate quieto”, mostrando así la supuesta agresividad del asesinado.

La abogada de Maximiliano Panero, Anabela Antegiovanni, puso en duda la participación de su defendido y pidió su absolución por el beneficio de la duda. “La Fiscalía no podrá mostrar que es Panero quien desciende del auto. Van a traer indicios, no pruebas en su contra. En las cámaras se ve al ejecutor, y pido especialmente a los jueces que presten atención si en las cámaras se ve que el autor es Panero, y si en las celdas del celular se lo detecta allí en el momento del hecho”.

Finalmente la fiscal Gisela Paolicelli presentó una serie de pruebas, que fueron aceptadas para el juicio, entre las que mencionó cámaras de seguridad públicas del OJO y del 911, cámaras municipales de Tránsito, registro del HECA del ingreso de Guenchul malherido con la bala de ingreso y egreso de su cabeza, el chofer de la línea K que intervino en el momento del ataque y trató infructuosamente que Guenchul subiera a su coche, entre otros testigos y vecinos de la zona, antecedentes laborales de Soso y de Panero de donde se conocieron, pericia de la ANMAT sobre la pistola Versa, que estaba registrada y tenía denuncia de robo en 2016 por su dueño.