El juez Gustavo Pérez de Urrechu dictó este jueves la prisión preventiva por el plazo de ley para los cuatro detenidos por el crimen de Carlos Argüelles, el testigo del caso Alvarado que fue asesinado el pasado lunes y que conmocionó a la ciudad. De acuerdo a lo solicitado por los fiscales Matías Edery y Luis Schiappa Pietra, el magistrado aceptó la medida cautelar, en función del homicidio calificado premeditado, agravado por ser varias personas sus autoras y el uso de arma de fuego. Y coincidió con los fiscales en hablar de logística y de organizaciones criminales involucradas, que son "empresas de sicariato comandas de una cárcel".

"Hay pruebas suficientes para acreditar los hechos, de acuerdo a lo presentado por los fiscales", dijo el juez tras casi dos horas de audiencia, que fue transmitida por YouTube. Respecto a los riesgos que existen mientras dure el proceso y se llegue al juicio oral, denegó el pedido de morigeración de la prisión preventiva que pidieron los abogados defensores. Y señaló: "Matar a un testigo en una causa tan importante, si tenemos en cuenta que hay otros testigos de la misma causa que podrían ser intimidados, acredita la medida que tomo".

En sus argumentos, el juez se refirió a los detenidos y al hecho de tener antecedentes de homicidio: "A veces en este tipo de hechos hablamos de personas que no son profesionales, que pueden ser utilizados por este tipo de organizaciones y son intercambiables. Pero que pueden servir para protagonizar verdaderas cacerías humanas. Hablamos de organizaciones con estructura y manejo de información, que son empresas de sicariato comandadas desde una cárcel".

Pérez de Urrechu convalidó lo dicho por Edery en su fundamentación, respecto del manejo que hoy tienen las bandas en las cárceles santafesinas. Antes, el fiscal había señalado, respecto a la planificación del crimen de Argüelles: "Todos los caminos conducen al pabellón 4. Y todos los caminos conducen a que haya sido desde allí donde se orquestó el homicidio que se ejecutó el lunes. Todos sabemos que hay pabellones a cargo de cada una de las bandas. Si entra un detenido que pertenece a una banda, no lo van a poner en el pabellón de la de sus rivales, porque puede terminar como el 'Tubi' Segovia. Por eso cuando ingresa alguien nuevo, se le pregunta a los líderes de los pabellones cómo ordenar su presencia".