"Acá nos están extorsionando a todos. El kiosquito paga 10 mil por semana, la rotisería 20 mil. Según el rubro, es lo que te cobran. Y si no pagás, bala. Eso es lo que te dicen y lo cumplen. Sé de varios comerciantes que les tirotearon la casa y ni siquiera hicieron la denuncia, entonces no sale a la luz. Te quitan la vida estos tipos. A mí hace 40 días que me vienen amenazando, me dejaron dos notas y le metieron trece tiros al local, una de esas balas le pegó a mi sobrina. Y no paran. Me hicieron videollamadas que no atendí y después mandaban audios diciendo 'Atendé la videollamada, hijo de puta. Así ves el arma con que vamos a matar a tu familia'. Nos hacen llamadas que van cambiando de número". El dramático testimonio es de Nelson Quintana, titular de una pequeña casa de electrodomésticos que funciona hace más de veinte años en la zona sudoeste de Rosario, en avenida Francia al 4000.

Hace varios meses, él y sus vecinos están viviendo una pesadilla, que esperan termine pronto. Es que varios integrantes de la banda delictiva fueron detenidos y protagonizarán este viernes una audiencia imputativa, a cargo del fiscal Matías Edery. Lo insólito es que otra vez –como viene sucediendo seguido ante este tipo de delitos– el cabecilla del grupo y autor de las llamadas con amenazas, está detenido en la cárcel de Piñero.

Las amenazas

Según el relato de Quintana, dueño del negocio familiar que lleva su apellido, a él fue a quien más dinero le pidieron, por haberse resistido al pago: "En la última nota que nos dejaron, nos decían que teníamos que pagar un millón de pesos. Y nos planteaban que como 'son de palabra', si pagábamos era por única vez. Pero es mentira, porque a los que pusieron plata les siguen cobrando y cada vez más. Esto les hacen a todos. Lo vienen haciendo te diría que desde Ovidio Lagos y Circunvalación, para este lado, hasta Avellaneda y 27 de Febrero".

En algún momento, los atacantes sostuvieron que eran parte de la banda Los Monos, pero luego esto mismo se puso en duda: "Primero, ellos decían que eran de los Cantero, pero para mí no son. Porque en una de las conversaciones yo le contesté al que me llamaba: 'Mirá que me dijeron que no sos de los Cantero'. Y me respondió: 'Eso no importa. Soy maleante y tenés que pagar igual'. Pero sean de quien sean, te obligan a cerrar. Porque la gente, por miedo, no viene. Nosotros hace 22 años que vivimos acá. Le pueden preguntar a cualquiera en el barrio y todos saben acá cómo vive cada comerciante, de dónde saca la plata, de qué trabaja. Nos conocemos todos, nuestros hijos también. Somos como hormiguitas, que laburamos todos juntos. Pero esto que nos pasa es como una película. Vivimos encerrados en un cuartito, de prestados en la casa de una amigo, no podemos acercarnos a ninguna ventana. Esto es irreal".

Las detenciones

El momento de uno de los allanamientos.

Quintana radicó la denuncia penal en Fiscalía, que este martes actuó y logró dar con varios de los integrantes de la banda: "Tenemos detenidos a los organizadores, los instigadores y los que mandaban los mensajes. No pudimos dar aún con el tirador", señaló a RosarioPlus el fiscal Matías Edery, del Ministerio Público de la Acusación, quien encabezará la imputación este viernes en el Centro de Justicia Penal.

Según informó el Ministerio de Seguridad, hubo dos allanamientos realizados por las TOE. "Las llamadas se originaban en la cárcel de Piñero. Un preso hacía desde allí las extorsiones y luego una de las personas que logramos detener, o su novia, a la que también dimos captura, pasaban a cobrar. Si no pagaban, disparaban al frente de los negocios", explicó a RosarioPlus una alta fuente de la cartera que dirige Jorge Lagna. 

Uno de los allanamientos fue en Garibaldi al 4000, donde vivía la madre del hombre recluido en Piñero y que actuaba como líder de la banda. El otro procedimiento policial se hizo en avenida Francia al 5300. Allí dieron con Brian H. y Noelia L. En ambos casos, se secuestraron celulares de interés para la causa.

"Yo lo que pienso es que en estas cosas, vos si te agachás nunca más volvés a mirar derecho. Hicimos la denuncia a Fiscalía y creo que todos los que lo están padeciendo tendrían que hacerlo. Además pagar, no podemos. Porque yo para poner este negocio, saqué una hipoteca a diez años. Si pago, me quedo sin nada", concluyó Nelson Quintana con valentía y sin otra chance que seguir adelante.