El hombre de 56 años detenido por estar sospechado de ser el autor de varias amenazas de bomba en los últimos meses, entre ellas la sede de gobierno provincial, operaba como si fuera un profesional de servicios de inteligencia: en su hogar encontraron varios DNI falsos, muchas líneas telefónicas y carnets de empleados judiciales, entre otros objetos clave. Allegados a la investigación sostienen que se analiza la posibilidad de que trabajara a pedido y "le rindiera cuentas a alguien”.

Una alta fuente del Ministerio de Seguridad dio detalles a Rosarioplus.com del panorama encontrado en el allanamiento del pasado miércoles en una vivienda de Pellegrini al 6700, donde fue detenido el hombre que afrontará este viernes una audiencia imputativa, quien cuenta con antecedentes de otros tipos de amenaza y usurpación.

“El detenido es rosarino, decía a sus vecinos que era un ex gendarme retirado y por eso se pidió informes a esta fuerza nacional para corroborarlo”, adelantó el vocero, a la vez que detalló que “tenía una lista escrita por él en una hoja donde detallaba metódicamente desde cuál de las 10 líneas telefónicas llamaba, fecha y hora, y a qué institución llamó, entre las cuales se encuentran además de Gobernación, escuelas y facultades".

Desde el Ministerio de Seguridad no descartan “un intento desestabilizador en plena época de elecciones, porque llamaba a instituciones públicas, había mensajes de texto de críticas al Frente Progresista y simpatías hacia otro partido”. Agregó la fuente que “se piensa que tomaba nota meticulosa porque quizás rendía cuentas a alguien”.

Las diez líneas telefónicas desde las que operaba el hombre de 56 años eran propiedad, en su mayoría, de otras personas. Todos los teléfonos tenían tarjetas SIM, anteriores a los chips, y los aparatos móviles son de tecnología 2G. “Estos usos son típicos de personas de servicios de inteligencia porque hacen imposible un rastreo y mejoran su conectividad, ya que los celulares con Internet son 3G y 4G”, aseguró el vocero.

Durante el allanamiento el hombre en cuestión tuvo la sospechosa actitud de desenchufar el módem de cable de su notebook, y “quienes saben de software conocen que al hacer eso se pierde en el aparato el rastreo de sus últimos movimientos y actividades”, precisó la fuente.

Llamó la atención también la cantidad de documentos apócrifos, elaborados con materiales difícil de conseguir. La computadora fue enviada a peritar, junto con documentos de identidad (tarjetas y libretas) con nombres verdaderos y fotografías alteradas, identificación de empleados del Poder Judicial, un arma de fuego calibre 22 en buen estado, boletos de compra-venta, y hasta carnets de piletas de clubes.

Efectivos policiales comentaron que el detenido no se resistió ni emitió comentario, y cuando le consultaron si tenía elementos de peligrosidad antes de la requisa reconoció que tenía un arma y dónde la guardaba.

En la vivienda, que se encontraba en condiciones normales de habitabilidad, no había otras personas durante el allanamiento, pero había fotografías en cuadros en paredes, y desde el Ministerio de Seguridad no descartan que se trate de una usurpación, dado su antecedente por este delito.

Cómo sigue la causa

Se espera la audiencia imputativa este viernes, en que el fiscal Gustavo Ponce Asahad probablemente requiera prisión preventiva para el detenido, ya que “no se trata de un caso de similitudes a los llamados a escuelas por parte de los alumnos”. Desde la cartera de Seguridad especularon que “habría peligrosidad procesal y de fuga en vistas del panorama hallado, y si el juez llega a darle libertad bajo fianza seguro será bajo un monto mucho mayor que el del alumno der 18 años”.

No se descarta que se sumen más elementos a la causa, ya que detrás de la vivienda el hombre guardaba muchos elementos en un depósito que se requisará con el correr de los días.