La declaración que brindó Carlos Argüelles en el juicio que acusa a Esteban Lindor Alvarado y otras seis personas por dos secuestros con posterior homicidio, más causas conexas por lavado de dinero originado en actividades ilícitas, sigue generando impacto.

Durante más de tres horas, el testimonio de quién fuera socio del principal imputado de esa causa, dio detalles hasta ahora no conocidos sobre una de las bandas que disputó con la de Los Monos el negocio narco en Rosario. Además, resultó muy fuerte escucharlo al saber que quien estaba hablando, luego resultaría asesinado, con la hipótesis todo el tiempo flotando en el ambiente de la audiencia de que fue ese mismo testimonio el que causó  su muerte, más tarde en septiembre de 2021.

En el video de la declaración, grabado hace más de un año en sede judicial, Argüelles brindó un dato abrumador: según sus dichos, Alvarado está relacionado con unos cien homicidios en la ciudad en la última década. También, con  al menos tres desapariciones, una de ellas no denunciada por la familia de la víctima por miedo . En algún fragmento  de su testimonio, el testigo pareció quebrarse . Y pidió al borde del llanto que “hagan algo para parar al mayor asesino serial que tiene la Argentina ”.

Anotada a mano en cuadernos que usa como ayuda memoria durante su relato , la información de Carlos Argüelles se explica -según su relato- por haber sido parte de la banda durante muchos años. "A Esteban lo conocí en 2001", le dice a Schiappa Pietra. Por eso pudo contar  la forma en que se "emponchaban" autos robados , los viajes a Paraguay que surgieron siendo para traficar cigarrillos , los inicios de Alvarado en el mundo del narcotráfico de la mano de Luis Medina y la posterior ruptura entre ambos, los pagos a policías y una jueza, las relaciones con la política .

Habló de una ejecución que no pudo ser "por cinco segundos", del líder de la barra de Rosario Central, "Pillín" Bracamonte, que además figura en la lista de visitas de Alvarado en prisión. Reveló planes increíbles que le había contado su socio, como el de volar por encima de la cancha de Rosario Central y dejar caer 200 kilos de paquetitos de marihuana en pleno partido. Explicó por qué -según sus dichos- cuando Alvarado mandó a matar al suegro de Luis Medina, que tenía un carrito de comidas en la zona sur, le hizo cortar una oreja para llevarsela al entonces gobernador Antonio Bonfatti.  Y dio una lista de 40 personas que fueron asesinadas y otras que su socio planeaba matar. Fueron más de tres, con una cantidad de horas de información difícil de sintetizar en una sola publicación. Lo que sigue son los momentos más destacados de apenas una primera hora de lo dicho mecánico en sede judicial, antes de ser ejecutado en la puerta de su taller :

La confusión con Santiago Maldonado y el último encuentro

El 11 de noviembre de 2018, secuestran y asesinan al empresario Lucio Maldonado. Poco después, allanan el domicilio de Alvarado y el taller mecánico de su socio en el robo de autos, Carlos Argüelles. Así relató el testigo ese momento: “Me llama Esteban y me dice que “están allanando mi casa y están allanando tu taller, fijate, abrile así no rompen la puerta” a lo cual voy con la llave, me leen la orden de allanamiento - que era por la causa Lucio Maldonado- yo no entendía, pensé que era el desaparecido en Neuquén. Le abrí la puerta y las demás cosas están en el acta de allanamiento, me voy hacia mi domicilio. A la noche va a mi casa (Esteban) y me explica que estaba pasando, lo acerqué a una zona céntrica y no lo vi más”.

La encrucijada de Arguelles

Después de aquel último, Argüelles dijo que no volvió a ver personalmente a su amigo. Y relató la decisión clave a la que se vio obligado luego: "Después sólo nos comunicamos por Telegram, y en determinado tiempo, no sé qué día, me llama por Telegram y me dice “Te voy a contar algo, no se lo digas a nadie: 'Ya sé quiénes son los testigos que están hablando'. Y se refiere a Ortigala, a Rodrigo Ortigala. Se refiere a él solo. Transcurrieron los días. Para ese entonces estaba en una encrucijada porque soy amigo de los Ortigala, como también era amigo de él por lo que quedé en fuego cruzado. Le pregunto “¿Qué necesitas? Y me dice: “Que te contactes con Rodrigo de alguna manera y que veas en qué auto anda y me pases la chapa patente”. Si yo no accedía a la petición iba a tener consecuencias".

Por entonces el vínculo Rodrigo Ortigala -de viejo con Alvarado, pero enfrentado con él desde 2012- se había decidido a colaborar con la justicia. Y estaba brindando información en forma secreta al MPA.

El atentado a la funcionaria de Fiscalia

Marina M., funcionaria del Ministerio Público de la Acusación, era parte de un equipo especial que se armó en Fiscalía para investigar las bandas narcocriminales. Ella era la encargada de desandar el camino del lavado de dinero. A ese grupo también lo integró un policía, Pablo Báncora. Más tarde se sabría que ese agente filtraba datos al propio Alvarado y sería condenado por eso, en un juicio abreviado. Es decir, el investigado tenía información de primera mano.

En esos días, Alvarado decide atentar contra el domicilio de Marina M, en Rioja al 500. Primero le hace tirar una cabeza de perro en una caja. Y luego, ejecutan una ráfaga de disparos. Los tiradores usan un Volkswagen UP similar al de Ortigala e inclusive con su misma patente, porque éste estaba enfrentado con Alvarado. El otro pasajero de ese viaje tiene que ser alguien de Los Monos, para desviar la investigación hacia la banda rival. Habían elegido incriminar al “Chulo” Olivera, responsable en ese tiempo de las extorsiones de Los Cantero a los bares de avenida Pellegrini y novio de la hermana de Angel Correa -estrella de la selección y Atlético de Madrid-.

Para concretar el plan, tienen que fingir comunicaciones previas entre los supuestos ejecutores del atentado y al disparar tienen que hacer que se vean el auto ante las cámaras de Rioja al 500. Para eso, usaron teléfonos espejo y los referenciaron en las zonas donde Ortigala y Olivera se movía, para que impacten las antenas. Argüelles, que participó de las maniobras previas, lo confesó así: “Lo único que sabía era que iban a pasar por unas cámaras de seguridad en el sur de la ciudad, más bien cerca del domicilio del Chulo, a quien iban a incriminar junto a Ortigala, a mi me dijo “el Chulo Olivera es un gil no pasa nada”. Yo ya estaba atrapado en esto, sabía que tendría consecuencias y las tengo". 

Los teléfonos espejo y el libreto para Argüelles

Como parte del plan, lo mandan a Carlos Argüelles a una plaza de barrio La Granada, cerca del Casino, a atender un teléfono -que había sido marcado por el policía que jugaba para Alvarado dentro del equipo de investigación del MPA como línea del Chulo Olivera , miembro de Los Monos. Así lo explicó el mecánico: “A mí me dejan una hoja donde tenía que contestar ciertos mensajes que me enviaron del supuesto de Ortigala y yo contestaba como teléfono siendo Chulo, eso estaba en el “libreto”. Me dicen “Andá a la antena del casino”, y me quedo ahí en unos banquitos. Tienen que impactar los mensajes de texto en esa antena". 

El fiscal Schiappa Pietra, en este momento del relato, lo interrumpe para preguntar qué decía “el libreto”. Y Argüelles dijo que al guión se lo había enviado Alvarado por Telegram: “Tenía una hoja donde me decía qué tenía que responder. Del otro lado una chica contestaba. El libreto decía algo así: 'Háblame a este que el otro está pinchado'; 'viste que salió todo bien lo del Gordo'. La cuestión era que hacían como que hablaban y que Rodrigo implicaría al crimen a Esteban pero que el homicidio lo había cometido el Chulo. Yo no recuerdo bien”. (N. de la R: el Gordo era Lucio Maldonado).

El plan para desvincular a Alvarado del secuestro de Maldonado

La maniobra de inteligencia de Alvarado, para las cuales era clave tener al policía infiltrado en el grupo del MPA que lo venía siguiendo, fue la de desviar la investigación por el homicidio de Maldonado, uno de los hechos juzgados ahora en estos días de febrero de 2022. Pero así relata Argüelles aquellos días de multas de 2018: “Iban a hacer una balacera con una moto, dejar armas que se habían usado en el homicidio de Maldonado y la llave de una cochera donde estaban guardadas otras dos armas y los teléfonos relacionados con Chulo y Rodrigo, que son los que ustedes secuestraron en una cochera dentro de una chata S10, que mandó a poner Alvarado con otra persona”. (N. de la R: eran teléfonos “espejo” para vincular al enemigo de Alvarado ya Los Monos).

Schiappa Pietra interrumpe otra vez la declaración para preguntar qué comunicación importaba de esos aparatos que Alvarado quería que los investigadores encontraran. Y Argüelles detalló: “Esa conversación que les conté. Esto lo desvincularía a Esteban del homicidio de Lucio, por eso el abogado se acerca a la Fiscalía a exigir que se abran esos teléfonos porque desvincularon al cliente”.