Al prestamista Lucio Maldonado lo secuestraron y ejecutaron en medio de un descampado. Tenía las manos atadas y un cartel entre su ropa que rezaba “Con la mafia no se jode”, una frase que se transformó en un sello delictivo en los atentados contra el poder Judicial. La simple lectura de un GPS direccionó la investigación hacia la figura de Esteban Alvarado, un pesado del delito acostumbrado a operar en la sombras señalado como uno un jugador de peso del narcotráfico en el Sur de Santa Fe.

Alvarado cayó a principios de febrero en un camping de Córdoba. Se le imputó por haber instigado el crimen de Maldonado. Ahora, las Unidades de Gravedad Institucional y de Homicidio del MPA pusieron la lupa sobre los bienes y los negocios lícitos de Alvarado. Los fiscales a cargo del expediente ordenaron esta mañana 14 allanamientos simultáneos en Rosario y otras seis localidades vecinas.  

El operativo se centró en dos concesionarias de autos y en viviendas de presuntos testaferros, entre ellas una “mansión” de Funes. Se trata de un majestuoso chalet de dos plantas de calle Maiztegui emplazado sobre un terreno verde de grandes dimensiones. 

En total, se secuestraron unos 30 celulares, más de un millón de pesos en efectivo, documentación de interés para la causa, once armas de fuego de diversos calibres y dos vehículos marca Hilux y Honda Fit. Tres personas fueron demoradas, dos por la tenencia de estupefacientes y uno por la portación ilegal de un revolver. 

En el operativo trabajaron de forma conjunta personal de la Policía Federal Argentina (PFA) y de la Tropa de Operaciones Especiales (TOE) de Santa Fe. Las tareas se concretaron en Rosario, Pérez, Villa Gobernador Gálvez, Funes, Capitán Bermúdez y Fray Luis Beltrán.

Nuevamente el negocio de los autos –muy utilizado por las bandas narcos para blanquear dinero-- aparece como un eslabón clave en el lavado de dinero de grupos narcos. En este caso, se trata de un "hilo central" de la investigación. 

“El punto de contacto entre Alvarado y Maldonado son los automóviles. Uno de los elementos que estamos analizando como posible disparador del homicidio es un negocio que no resultó como Alvarado quería o alguna cuestión similar en cuanto a manejo de dinero”, planteó días atrás el fiscal Matías Edery. 

Las concesionarias allanadas están ubicadas en Avenida Pellegrini al 5000, a cien metros de distancia. Se trata de Automotores Suárez y de la Concesionaria San Ignacio.

Alvarado conoce como pocos el rubro de los autos. Ya había sido detenido en 2012 por integrar una banda que robaba autos de alta gama en el norte del conurbano bonaerense. Los coches eran desguazados en Rosario. Por ese delito fue condenado a seis años y medio de prisión, aunque desde 2016 gozaba de libertad condicional.

Desde entonces, distintas investigaciones lo marcan como un fuerte operador narco en el Sur de Santa Fe y como un hombre que fue creciendo en el negocio a partir de la persecución judicial sobre la banda “Los Monos”.

Hasta el crimen de Maldonado había logrado moverse siempre en la sombra, sin dejar cabos sueltos. El GPS del auto en el que fue secuestrado el prestamista antes de ser ejecutado llevó a los investigadores hasta una propiedad de Alvarado, quien a partir de allí quedó implicado en el homicidio. 

En los primeros allanamientos dispuestos por la Justicia por el crimen de Maldonado, se descubrieron algunos detalles que podrían relacionar a Alvarado con Javier Makhat, segundo jefe de Inteligencia de Drogas Peligrosas de la Policía de Investigaciones.

En una vivienda de Alvarado encontraron documentación de un departamento que pertenecía al detenido y que ahora habita Makhat. El comisario fue separado de su cargo y es investigado.