Ricardo Albertengo, el sospechoso de matar al policía Mauro Mansilla, tenía pedido judicial de captura desde julio de 2015, y a pesar de ello, transitaba incluso por el centro de Rosario sin riesgo de ser apresado. 

Así lo reveló este mediodía la jueza de Ejecución Penal Lucía Prunotto, quien quedó en el foco de las miradas por ser quien concedió las salidas transitorias a Albertengo, a pesar de los graves delitos imputados que le depararon una condena a 37 años de prisión, y a pesar de haber cometido incluso en 2009 una toma de rehenes mientras gozaba de salidas laborales por otro episodio similar seguido de un homicidio, ocurrido en 1994, en un bar de Sarmiento y 9 de Julio.

La jueza se amparó en la letra de la ley de ejecución penal, y supeditó el malhumor social por la coyuntura a la necesidad, en todo caso, de reformar esa norma. "Albertengo cumplía los requisitos para salir ya en agosto de 2012, pero esa vez yo lo rechacé porque consideré que hacía falta por lo menos un año para eso", alegó Prunotto en rueda de prensa en su despacho de la Unidad Penitenciaria Nº 3.

Prunotto reveló que Albertengo accedió a un régimen acotado de salidas de prisión para trabajar en diciembre de 2014. Eran de tres horas cada una y cada 15 días, siempre acompañado de personal penitenciario como custodia. Según la ley, insistió la magistrada, a los cinco meses ella revisó el caso y en julio de 2015 le amplió el beneficio más flexibilizado: más horas de salida y acompañado por una tercera persona que se hiciera responsable por el presidiario. "Fue en ese momento en que Albertengo ya no regresó, y desde entonces estaba con pedido de captura", reconoció la jueza Prunotto.

Argumentó la responsable del régimen de salidas que ese beneficio se otorga una vez que el preso cumplió la mitad de la condena, siempre que sostenga un concepto alto y demuestre buena conducta dentro del penal. Además, reparó, es menester la opinión favorable de autoridades del Sistema Penitenciario y de organizaciones civiles vinculadas. "La reincidencia no es un impedimento para gozar de salidas transitorias", aclaró la jueza.

"Yo evalúo conforme a la ley de ejecución penal, que ya lo habilitaba desde antes a Albertengo a salir. Fuimos muy rigurosos, incluso, en permitirle la salida. Luego, ya depende del albedrío de cada persona", se defendió. Y tiró la pelota hacia el Poder Ejecutivo, donde minutos antes había sido el ministro de Justicia, Maximiliano Pullaro, quien había responsabilizado a la Justicia por lo ocurrido. "Nosotros actuamos de acuerdo con la ley -afirmó la jueza Prunotto- luego son los distintos organismos del Poder Ejecutivo los que tienen la responsabilidad de encontrarlo", se despegó.