Los fiscales Franco Carbone y Valeria Haurigot abrieron la acusación penal contra Ariel "El Viejo" Cantero y otras 21 personas por los atentados a balazos perpetrados el año pasado contra estaciones de servicio y escuelas, en el marco de una "asociación ilícita" montada para extorsionar comerciantes, forzarlos al pago de chantajes para poder trabajar sin riesgo de sufrir ataques violentos, y generar un clima de intimidación pública. 

La imputación que comenzó este miércoles en el primer piso del Centro de Justicia Penal –que incluyó el traslado de los imputados con un fuerte operativo cuasi militar– es abundante y diversa. Converge en un mecanismo común por el que uno de los imputados, Nelson "Pandu" Aguirre, preso en el pabellón 8 de la Unidad Penitenciaria Nº 1 de Coronda, reclutaba pistoleros y les encargaba la ejecución de los atentados. Todo, a instancias de Cantero, quien le habría dado la venia para consumar esos ataques y el permiso de salir a cobrar los chantajes a cambio de un porcentaje de esos dividendos. En tanto, la ex pareja de Cantero, Patricia Celestina Contreras, habría estado a cargo de pagar esa mano de obra mafiosa que consumó las balaceras. 

En la primera jornada de la audiencia imputativa, se leyeron los extractos de las investigaciones en torno a las balaceras perpetradas entre el 9 y el 14 de noviembre a las estaciones de servicio de San Martín y Saavedra, y de Ovidio Lagos al 4900 (frente a la jefatura de Policía), y contra las escuelas Santa Isabel de Hungría (Cafferata 4070) y Técnica Nº 472 "Crisol) (Magnano 6365.

Los imputados aquí son Nelson "Pandu" Aguirre, Nazareno Gauna, Celestina Contreras y Romina Berón (en el caso del tiroteo a la YPF de Lagos y Gutiérrez).