Los estallidos rompieron la primera mañana cuando Pichincha recién arrancaba la jornada. Unas diez detonaciones que alarmaron a los vecinos y rápidamente recordaron los tiroteos de  meses atrás en distintos bares de la zona. Esta vez se trató de un hombre acribillado mientras estaba arriba de su auto estacionado sobre la vereda a punto de salir o entrar en la cochera del edificio que habitaba. 

La ventanilla del conductor del Renault Laguna fue el ingreso de los disparos. No estalló del todo el vidrio, producto del polarizado, sino que se generó un enorme agujero. Se le sumaron impactos en la chapa de la puerta. Entre 7 y 12 detonaciones se escucharon aparentemente efectuadas desde una moto. 

El tránsito fue cortado mientras la Policía de Investigaciones (PDI) trabajaba en el lugar y se sumaba el fiscal en turno del Ministerio Público de la Acusación (MPA). Una de las versiones es que había tenido una discusión en un after que desencadenó el episodio.