Todo el entorno del suboficial de Policía Gabriel Sanabria –y aun personas que no lo han conocido– se han congregado en el ingreso a la guardia del Hospital de Emergencias Clemente Álvarez para realizar una brazo solidario de apoyo y clamor para que el joven supere el trance que lo tiene internado grave desde el 26 de mayo, cuando delincuentes le descargaron una ráfaga de balazos en barrio Saladillo, al intentar someterlos a un control vehicular.

Hay profunda preocupación en la familia, oriunda de Vera, del agente de 26 años, ahora contenida por numerosos policías y allegados que esgrimieron carteles de apoyo a Sanabria. El último parte médico consignó un agravamiento del estado de salud, luego de haber sido sometido anteayer a una operación más, tendiente a eliminar focos de infección.

"Ningún compañero debería pasar por esta situación. Convocamos por redes sociales a venir para que Gabriel se levante. Yo no trabajo en la URII, pero sé lo que es la calle, tengo más de 20 años de servicio. Venimos a darle un abrazo a este hospital, uno de los principales del país, y darle apoyo a esta familia que lo necesita", contó Ismael al móvil de Sí 98.9.

Un testimonio entre varios. Otro dijo que ante el intento de homicidio que sufrió Sanabria, "dan ganas de sacarse los borcegos y largar todo".  

Sanabria fue baleado al intentar detener un auto en Arijón al 400, que había sido robado días antes. Luego fueron detenidos tres hombres (dos de ellos, menores de edad) y una mujer. Actualmente están en prisión preventiva el varón adulto, de 30 años, y la mujer, de 41, como responsables del ataque.