La Comisión que creó en junio pasado la Legislatura provincial para investigar la muerte de Carlos Orellano, el joven que apareció flotando en el río Paraná después de haber ido a bailar a un boliche en la zona de La Fluvial, dio a conocer esta semana un primer informe , en el que se sostiene que la causa debería ser caratulada como homicidio doloso. Además, se planteó la necesidad de indagar si se trató de un caso de “violencia institucional”.

Tras conocerse el informe, RosarioPlus consultó a la Fiscalía por un eventual cambio de carátula para el caso Orellano: “Las calificaciones legales de las imputativas son provisorias, pueden cambiar en el devenir de la investigación para agravarse o lo contrario”. Para el fiscal Patricio Saldutti, que se reunió con los legisladores que integran la Comisión Investigadora, todavía no hay pruebas suficientes, ya que debe conocerse el resultado de estudios genéticos pendientes. 

Una causa que arrancó mal

Desde la misma madrugada del 24 de febrero de 2020 en que se dio la desaparición de Orellano, cada eslabón que actuó institucionalmente colaboró ​​a fabricar la hipótesis de que había una víctima sin victimarios. Esto ocurrió entre otras cosas que no haya preservación de la escena del hecho. En el trabajo de la Comisión Investigadora, se establece que hubo irregularidades desde la elaboración del primer acta policial, que escondió la denuncia que hizo la mamá de “Bocacha” en la comisaría 20ª. Es por ello que en diciembre último se imputó a la pareja de policías que cumplía servicios como adicionales a la seguridad del boliche, también al sumariante y al comisario. 

Aquel "error" inicial no fue sólo de procedimientos, sino que además fue clave para el curso de la investigación. Porque al haber descripto que "Bocacha" había caído al río sin intervención de ningún tercero, no se impidió que abra el boliche al día siguiente, habilitando a que se borren pruebas en el boliche Ming River House.

Entre las entrevistas que realizó la Comisión, en este sentido es importante lo dicho por el fiscal Patricio Saldutti, que se reunió con los legisladores 16 de noviembre, por Zoom. Junto a él, estuvo ese día el Fiscal General, Jorge Baclini. 

Consultado sobre por qué no se dio clausura inmediatamente a Ming River House, Saldutti respondió que fue “porque originariamente se informó una caída de una persona al agua en el complejo de La Fluvial y no en el boliche”.

En otro momento, Saldutti habló sobre las cámaras de seguridad a las que les falta un fragmento de lo registrado esa madrugada. El fiscal informó que se peritaron cuatro filmaciones, dos dentro de Sr Ming y dos de Prefectura. "Una de esas cámaras, dejó de filmar a las 4:49 h y volvió a filmar a las 7. La secuestraron para determinar si fue una falla o una manipulación, no contando hasta el momento con certeza de manipulación intencionada", dice el informe de la Comisión. Fuentes de Fiscalía confirmaron a RosarioPlus que el laboratorio forense debe determinar si se apagaron o se rompieron los equipos en esas horas. Lo cierto es que falta justo un momento crucial.

Otra evidencia que la familia sostiene como central es la aparición de sangre en un baño que estaba cerrado al público esa noche. Pese a que fue lavado el lugar para borrar rastros, se la pudo detectar con una técnica denominada Blue Star, tal como explicó Saldutti ante la Comisión Investigadora. 

Para la causa esto "es muy importante porque da a un balcón y desde ese balcón hay acceso al río", dijo el fiscal a los legisladores. De todos modos, para avanzar definitivamente sobre esta prueba, deben estar los estudios de ADN encargados en Buenos Aires, que aún no se terminaron. "¿Cómo puede ser que tarden tanto en hacer esos análisis? ¿No será que siguen dilatando para encubrir?", se preguntó Edgardo Orellano, padre de "Bocacha", cuando acompañó a la Comisión en la presentación del informe. 

La primera autopsia, realizada en el Instituto Médico Legal de Rosario, no sirvió para la investigación porque se contaminaron las pruebas. La familia de Orellano denunció que el día en que se hicieron los estudios, el fiscal Spelta (que por entonces llevaba la causa) y la directora del IML permitieron que el dueño del boliche fuera tomando fotos al cuerpo, que enviaba por WhatsApp en el mismo momento, mientras que se obstaculizaba el trabajo de la perito de parte, la doctora Creimer. Esto consta en el trabajo de la Comisión Investigadora y fue lo que motivó que la segunda autopsia, ya con Saldutti a cargo y en Buenos Aires, con el Cuerpo Médico Forense de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

Por lo pronto, el informe que dieron a conocer los peritos de la Corte, descartaron la presencia de alcohol o drogas en sangre, alejando la hipótesis de que Orellano había caído al río como consecuencia de un supuesto estado de ebriedad. ¿Cómo cayó entonces, desde dónde y en qué estado? ¿Había muerto antes de llegar al agua? Esas son preguntas que hasta el momento el Fiscal no tiene elementos para responder. Desde la querella han repetido varias veces que Bocacha, de familia de pescadores, era muy buen nadador y conocía el Paraná.

Desde Fiscalía dijeron a este medio sobre los estudios de ADN: "Respecto al material genético encontrado en un cuarto cuando se hizo el relevamiento del local, está en proceso de pericia. El examen dirá si pertenece al fallecido. Si es así, daría mayor posibilidad concreta a una de las hipótesis de mecánica de hecho que investigamos. Si da negativo, reforzaría otra línea que se investiga, que por razones que se deben a posibles imputaciones o nuevas medidas, deben mantenerse en reserva".

Si se confirma que la sangre que había en ese baño era de Orellano, el fiscal deberá formular su conjetura, abarcando a personal de custodia del boliche, pero también al dueño. Y si se determina que la causa de muerte fue el ahogamiento, Saldutti deberá tener el nexo causal que indique que fue arrojado al río. Es que, aunque el sentido común indique un camino a recorrer, para el Derecho Penal son fundamentales las evidencias. "Y en el caso de "Bocacha", lo que pasó en las primeras horas y después en todo este tiempo, es que se borraron pruebas, por eso la sensación de que se fue construyendo un manto de impunidad", afirmó el diputado provincial Carlos del Frade. 

Los dueños de la noche

Para Orellano, la sensación de injusticia en torno a la muerte de su hijo, en parte se explicarían por "las relaciones con poderosos" del dueño del boliche, Guillermo Woelflin. El padre de "Bocacha" denunció, por ejemplo, la existencia de audios en los que el empresario de la noche le decía a otra persona, por WhatsApp: "Vamos a tener que sacar todo lo que tenemos adentro, escondido en cajas de vino, por si nos inspeccionan".  

Este medio consultó a Fiscalía si Woelflin fue citado a declarar y si no está comprometido por las evidencias que fueron apareciendo, pese a las dilaciones iniciales. "Durante la investigación, se le tomo declaración a mucha gente, incluido al dueño de Sr Ming. Luego, si lo que han manifestado se contrasta con medidas investigativas, se resolverá en consecuencia su situación procesal", fue la respuesta.

La Comisión Investigadora del Caso Orellano está integrada por representantes de todos los bloques parlamentarios: Cesira  Arcando, Matilde Bruera, Lionella Cattalini, Silvana Rosina Di Stefano, Agustina Micaela Donnet, Amalia Iris Granata, Mónica Peralta, Ariel Esteban Bermudez, Carlos Del Frade, Walter Arnaldo Ghione y Oscar Martínez. 

Es presidida por Bruera, además de abogada y especialista en Derecho Penal. En la presentación fue ella quien explica: “No se crea una comisión por cada homicidio. Si en este caso se lo hizo es porque había sospechas de que podría tratarse de un crimen cometido por agentes de seguridad privada en vinculación con la policía, por lo que estaríamos ante un caso de violencia institucional ”.