Tres meses pasaron del anuncio de implementación en Rosario de los controles de narcolemia al volante, y poco se supo sobre los avances de la aplicación de ésta norma. A casi dos años de la aprobación de la ordenanza, su reglamentación está en etapa de análisis jurídico y legal, ya de cara a licitar la compra de los equipos de control en la calle.

Fuentes oficiales de la Secretaría de Control y Convivencia adelantaron a Rosarioplus.com que “la Dirección de Tránsito está terminando la reglamentación de la ordenanza, haciendo correcciones para que la norma no tenga margen de dudas y otorgue todas las garantías a los conductores”.

De esta manera, el control de narcolemia está en etapas finales, y “en pocos días cuando se termine ésta, el municipio decidirá las características que deberán tener los equipos, para finalmente llamar a licitación”.

El paso siguiente será comenzar las pruebas piloto, que “aunque sean denominadas piloto, ya la ordenanza será aplicada, ya que el objetivo es acostumbrar a la gente a la nueva norma, ver sus reacciones, la cantidad de detectados, y corregir si se observa algún error”.

Desde dicha cartera explicaron que el Ejecutivo busca ser cauteloso y riguroso ante la posibilidad de “injurias por mal procedimiento o recursos de amparo”. Es por eso que dentro de la norma se contempló el derecho a una contraprueba si lo reclama el conductor, que podrá ir a un efector público para realizar un test de orina.

El control de narcolemia implicará que cualquier consumo de cocaína o marihuana (y posteriormente otros estupefacientes) detectado llevará a la remisión del vehículo, a diferencia del alcohol, que tiene un nivel permitido de 0,5 gramo de alcohol por litro de sangre.

Es que una vez que el estudio dio positivo, detallaron, “los reactivos llegan a error cero para sacar todo margen de dudas, y como si fuese un test de embarazo, si sale positivo es certero, y si sale negativo puede haber posibilidad igualmente que haya drogas en sangre”.