La familia que fue tomada de rehén por un grupo de ladrones para abrir un boquete en una pared de su vivienda, que es lindera a una empresa de transporte de caudales, no sufrió agresiones ni violencia.

Los “boqueteros” ingresaron el lunes alrededor de las 21 a una casa de pasillo ubicada en Presidente Roca al 2700 de Rosario, y de allí accedieron al inmueble de la empresa de caudales Brinks, para terminar su faena alrededor de la medianoche.

“Nos hicieron un trabajo de inteligencia, se ve que conocían el movimiento de mi casa, porque se sorprendieron por la presencia de mi hija y de mi nieto”, dijo Guillermo Algañaraz (62), propietario de la vivienda.

“La puerta estaba abierta porque estaba esperando a mi hija que nos venía a visitar con mi nieto. Se ve que conocían el lugar y que hicieron trabajos de inteligencia previo”, sostuvo el hombre, un docente jubilado.

Explicó que detrás de su hija “se metieron los delincuentes” y agregó que los asaltantes “se sorprendieron cuando vieron” a su nieto, atento a que uno de ellos preguntó: “¿Por qué tanta gente?”.

El jubilado contó esta tarde al canal TN que los delincuentes lo esposaron a él “primero” y le dijeron que se quedara “tranquilo” ya que “el objetivo era la transportadora” y a su familia no le iban “a robar nada”, e incluso le dieron su billetera con los 2.000 pesos que guardaba dentro.

“Todavía sigo con el susto propio, pero debo estar contento porque nos trataron bien, en ningún momento hubo agresión, ni siquiera intimidación porque lo que yo noté es que estaban armados pero siempre con los cañones apuntando para abajo”, relató el dueño de la propiedad.