La disputa entre las familias Funes y Camino en la zona sur de la ciudad ha sido señalada como el epicentro del recrudecimiento de los crímenes en Rosario desde principio de año. Ajustes de cuenta que parecen seguir la lógica del dominó mantienen en vilo al ministerio de Seguridad, que habla de venganzas por cuestiones familiares y desplaza todo concepto ligado al narcotráfico.  

El ministro de Seguridad, Maximiliano  Pullaro, es quien lucha contra la definición de guerra narco. "Lo que sucede en Rosario no es una pelea narco (…) dista de ser una pelea entre bandas de narcotraficantes ", dijo de manera taxativa el ministro en medios locales. De esta forma busca borrar la idea de que los dos bandos que hacen estragos en barrio Municipal y alrededores, se disputan territorios para la comercialización de estupefacientes.

Entonces, qué los motiva a los integrantes de los Camino y los Funes a desangrarse a tiros si el objetivo no es el dinero proveniente del narcotráfico. Desde el ministerio de Seguridad, explicaron a Rosarioplus.com, que si bien puede ser que estas bandas tengan como parte de sus ingresos el narcomenudeo, además de otros ilícitos, la raíz de la disputa tiene que ver con un enfrentamiento personal, "venganzas que no tienen que ver con luchar por el territorio si no con cobrarse violentamente los conflictos".

Pullaro entiende que es meramente un conflicto interpersonal que fue escalando con los años sin poder cerrar las diferencias.  “Tiene que ver con un conflicto entre dos familias que se están peleando desde hace mucho tiempo”, explicó en radios locales, y agregó que estos grupos criminales no son complejos ni numerosos, pero tienen “gran poder letal”.

El jefe de la Policía de Investigaciones (PDI), Daniel Corbellini, va por la misma línea discursiva de Pullaro y hace hincapié en que la crudeza radica en que las víctimas han sido familiares directos de las bandas. "La espectacularidad la da la matanza entre hijos y hermanos", señaló en La Ocho.

"Desde Pimpi Camino para acá, pasando por la madre de Alan y el resto, no matan para quedarse con un territorio si no por venganza", sintetizaron desde la cartera de Seguridad.

Crímenes cruzados

Los Funes y Los Caminos rompieron luego de años de buena relación entre el Pimpi Caminos, líder de la barra de Newell’s, y el Gordo Funes, el padre de la familia, que no le quedó más remedio que abandonar el Fonavi de barrio Mercado, próximo al asentamiento de Los Caminos en barrio Municipal.  

Se radicó junto a toda su familia a pocos kilómetros, en el corazón de Tablada. En 2016, en el momento más álgido de la disputa entre ambos grupos, fue asesinada su mujer Mariela Griselda Miranda. Uno de sus hijos asesinó a Pupi Solano como forma de vengar el crimen de su madre.

A mediados de enero de 2018, asesinaron a Marcela Díaz, hermana de Ariel "Tubi" Segovia, enfrentado a "la banda de Los Funes" y otro presunto instigador del crimen de la madre de los Funes. Alan Funes fue señalado como autor y, luego de estar prófugo, fue detenido junto a su novia.

Pero nada se detiene allí. Otros dos hermanos de Lautaro y Alan Funes, fueron acribillados en lo que va del año. A Ulises le dispararon en barrio La Lata, y a Jonatan cuando volvía de visitar justamente a sus hermanos en la cárcel de Piñero. Si se busca más atrás en el tiempo, René Ungaro, fue quien disparó a Pimpi Caminos auqella madrugada de 2010 en el bar Ezeiza de zona oeste. Aparentemente el autor del crimen tendría vínculos con los Funes.