El avance del escrutinio de las primarias de la derecha y el centro en Francia confirmaba en la mañana del lunes el sorpresivo y arrollador triunfo de François Fillon, que en la segunda vuelta el próximo domingo disputará la candidatura a las presidenciales de 2017, a las que la izquierda llega debilitada, frente a Alain Juppé.

Según los datos comunicados por los organizadores de las primarias en su sitio de Internet a las 08.30 hora local (04.30 hora argentina), cuando se habían escrutado 9.551 de los 10.229 colegios electorales, Fillon obtuvo ayer el 44,1% de los votos, seguido de Juppé con el 28,6% y del ex presidente francés Nicolas Sarkozy, que quedó eliminado con el 20,6%. Muy por detrás, quedaron los otros cuatro candidatos, Nathalie Kosciusko-Morizet (2,6%), Bruno Le Maire (2,4%), Jean-Frédéric Poisson (1,5%) y Jean-François Copé (0,3%), detalló la agencia de noticias EFE.

Si simplemente con esos resultados Fillon ya aparecía como el gran favorito para la victoria en la segunda vuelta de las primarias el próximo domingo, anoche además recibió el apoyo de Sarkozy -que lo tuvo como primer ministro durante su mandato como jefe del Estado entre 2007 y 2012-.

Sarkozy, que sin decirlo explícitamente pareció anunciar su retirada de la política activa, justificó su voto por Fillon por considerar que su programa está más próximo de sus ideas, aunque puntualizó que "los electores son libres de su decisión".

Valérie Boyer, portavoz de Fillon, se defendió de las críticas del campo de Juppé contra el programa económico de su candidato, que lo consideran no realizable por su radicalismo liberal en algunos puntos, como la supresión de medio millón de puestos de empleo público o una rebaja masiva de las cotizaciones sociales que pagan las empresas.

En una entrevista a la cadena "BFM TV", Boyer subrayó que Fillon "ha cifrado su proyecto", que "su programa es realista" y que "su primera medida social es que Francia recupere su potencia y se restablezca el pleno empleo" como en Alemania. También el ex ministro Bruno Le Maire, quinto en las primarias de ayer, manifestó su apoyo a Fillon. Juppé, quien rechazó la sugerencia de algunos asesores para que renuncie a la segunda vuelta, apuesta al debate que celebrará el jueves próximo con Fillon.

Una de las claves de la jornada electoral fue la alta participación, pues alrededor de 2,5 millones de franceses votaron, según el comité organizador del partido conservador Republicanos.

Pocas horas antes, el gran favorito era Juppé -actual alcalde de Burdeos-, quien fue primer ministro bajo la presidencia de Jacques Chirac, que durante meses encabezó las encuestas y que tenía el papel moderado en esta tríada. Pero el actual diputado Fillon, quien fue primer ministro en el gobierno de Sarkozy, dio el batacazo. No fue una sorpresa inesperada: su nombre había escalado con rapidez en los últimos sondeos y para muchos se debió a su celebrada actuación en los debates televisados.

Fillon, de 62 años, es un abanderado del liberalismo económico y una de sus propuestas centrales es reducir 10% el número de funcionarios del Estado y compensarlo con un aumento de su jornada laboral para que pasen de las 35 actuales a las 39 horas semanales. En la arena social, quiere limitar la adopción de niños por parejas del mismo sexo, aunque sin dar marcha atrás a su derecho al matrimonio.

La de ayer fue una cita esencial para las elecciones presidenciales del año que viene porque los sondeos otorgan al postulante de la derecha y el centro muchas opciones de ganar las presidenciales del 23 de abril y el 7 de mayo del año próximo, frente a una izquierda dividida y una ultraderecha que no logra aglutinar a más de la mitad de los franceses.