Un nuevo caso de un funcionario del gobierno nacional que oculta dinero en el exterior en cuentas a nombre de terceros. Se trata del subsecretario general de la Presidencia, Valentín Díaz Gilligan, quien escondió 1,2 millón de dólares en Andorra, un pequeño país europeo donde hasta el pasado año regía el secreto bancario. El dinero permaneció en una cuenta en la Banca Privada d’Andorra (BPA) a nombre de una sociedad, según la documentación a la que tuvo acceso el diario español El País.

Se trata de un estrecho colaborador del secretario General de la Presidencia, Fernando De Andreis, y era asesor del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y mantuvo su actividad, al menos, hasta diciembre de 2014, cuando llevaba un año como director general de Promoción Turística del gobierno porteño.

Díaz Gilligan figuró ante el banco como representante de la empresa y accionista, aunque se excusó que los fondos no eran suyos. Según El país, la cuenta estuvo a nombre de la empresa británica de intermediación de jugadores de fútbol Line Action, y a la vez el cien por cien de esta firma pertenecía a la mercantil panameña Nashville North Inc.

Díaz Gilligan justificó que el dinero no era suyo y que fue accionista y director de Line Action por hacerle un favor a un amigo. “Francisco Casal tenía problemas en su país y me pidió el favor. Tenía un juicio con el fisco que ganó y no podía figurar. Confiaba en él. La plata nunca fue mía. Además, yo no ejercía entonces cargo público. Era asesor y facturaba como autónomo”, indica el subsecretario de Mauricio Macri en conversación telefónica con El país.

Luego explicó cómo salió de la empresa en 2014: “Pedí que me sacaran. No me parecía bien continuar, ya ocupaba un cargo político. Tenía una exposición pública, no quería estar en una sociedad donde no tenía ningún control. No había incompatibilidad, no era ilegal, pero era una actividad que, además, no me generaba ningún ingreso”.