El gobierno turco criticó este sábado a Estados Unidos por albergar al predicador islamista Fethullah Gülen, acusado de ser el cerebro detrás del intento de golpe de Estado llevado a cabo en la noche del viernes por un sector del Ejército. "No conozco ningún país que estuviera detrás de este hombre, este líder de una banda terrorista. Un país que está detrás de este hombre no puede ser un amigo de Turquía. Es más, eso sería un acto hostil frente a Turquía", aseveró el primer ministro turco, Binali Yildirim, en una conferencia de prensa brindada este sábado. 

Gülen, de 75 años, vive desde 1999 en el estado norteamericano de Pennsylavnia, y es acusado por el gobierno islamista del presidente Recep Tayyip Erdogan de "terrorista" y de querer desestabilizar al Estado turco. El predicador, que tiene muchos seguidores en Turquía, fue hasta el año 2013 un aliado del gobernante partido de Desarrollo y Justicia (AKP) y de Erdogan.

Desde su exilio, Gülen construyó un movimiento político religioso, social y económico que en los últimos años movilizó un gran número de seguidores en Turquía y en más de 130 países. Gülen fue socio de Erdogan hasta que en 2013 se rompió esa alianza luego de que los medios del movimiento encabezado por el predicador filtraran una serie de documentos sobre investigaciones de corrupción en el gobierno del por entonces primer ministro Erdogan, recordó la agencia de prensa armenia. 

Desde entonces Erdogan señaló a Gülen como organizador de una campaña y lo acusó de terrorista.  En los últimos días, hubo un recrudecimiento en la persecución estatal a los seguidores y a las estructuras del Moivimiento Gülen en Turquía y en el resto del mundo. 

El primer ministro recordó que Turquía ha pedido hace tiempo ya la extradición de Gülen de Estados Unidos al país eurasiático, informó la agencia EFE.

El propio predicador rechazó este sábado cualquier implicación en el intento de golpe de Estado, que ha costado la vida a más de 160 personas, ha causado casi 1.500 heridos, mientras que miles de militares fueron detenidos. Tras el fracaso del levantamiento militar, más de 2.700 jueces fueron destituidos, todos ellos sospechosos de simpatizar con el movimiento conservador de Gülen.