Hace pocos días, el Concejo Municipal aprobó por unanimidad el proyecto que proponía la prohibición del glifosato en toda la ciudad. Entonces hubo beneplácito y celebración por parte de agrupaciones y organizaciones ambientalistas, las mismas que luego mostraron toda su indignación cuando se dio una inédita marcha atrás antes de que la ordenanza fuera puesta en vigencia por el Ejecutivo. Luego de que el Frente Progresista y el PRO admitieran haberse “apresurado” a la hora de votar, la polémica tomó más fuerza y otros ediles respondieron con dureza.

“Hay sectores que claudican ante las presiones”, disparó sin miramientos la edila del Frente para la Victoria, Norma López. Las críticas, claro, fueron directamente dirigidas hacia sus pares oficialistas y de Cambiemos “quienes ingresaron un proyecto para modificar la ordenanza ya aprobada que prohibía el uso del glifosato en Rosario”, remarcó.

Para López lo que ocurre por estos días en el Concejo es “totalmente escandaloso”. “El cambio de opinión de los concejales se produjo luego que representantes de las entidades agropecuarias exigieran la suspensión de la medida en el Palacio Vasallo”, concluyó.

La concejala kirchnerista explicó que “se desconoció el artículo 75 del Reglamento Interno del Concejo en cuanto a los asuntos entrados y con el mínimo de quórum (15 concejales sobre 28) le dieron ingreso a un expediente que no existe, para modificar una ordenanza que aún no tiene vigencia (Fein no la promulgó aún), sucumbiendo a la presión de quienes horas antes estuvieron reunidos con la comisión de Labor Parlamentaria”.

Esas presiones a la que López refirió son las mismas que días atrás advirtió Pedro Salinas, de Ciudad Futura, uno de los autores del proyecto aprobado. “El Partido Socialista y el PRO juegan para las corporaciones en detrimento de la salud de la gente”, remarcó Caren Tepp, desde el mismo espacio que representa Salinas.

En tal sentido, Tepp precisó que “en la sesión del jueves pasado algunos concejales, que llamativamente hace 15 días votaron la prohibición, ahora tras recibir a varios empresarios terminaron ingresando un proyecto para dar marcha atrás con la ordenanza, violando el reglamento del cuerpo y en el marco de una sesión escandalosa”.

Quien completó la ola de declaraciones contra los ediles que fueron por la “marcha atrás” fue Eduardo Toniolli. “Argumentan no haber tenido el tiempo suficiente para analizar la norma en cuestión, intentado la idea de un tratamiento express e irresponsable, debemos rechazar terminantemente esas afirmaciones por falaces”, señaló.

Los concejales que defienden la prohibición del glifosato deslizaron que si la intendenta Mónica Fein entiende que la ordenanza en cuestión “resulta perjudicial para la ciudad” debería vetarla “y no someter a un grupo de concejales y concejalas al triste ejercicio de tener que alegar su propia torpeza”.